CELEBRACIÓN DE LA PASIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO.

Santa Iglesia Catedral, Querétaro, Qro., 02 de abril de 2021.

Mons. Fidencio López Plaza, X Obispo de la Diócesis de Querétaro, presidió la Celebración de la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo, en la Santa Iglesia Catedral el día 02 de abril de 2021,  y concelebro Pbro. Lic. José Guadalupe Martínez Osornio, Vicario Episcopal para la Catedral. «La cruz, es la nueva escritura que sólo con amor, podemos leer e interpretar, allí entendemos lo que es amar con todo el corazón, con toda el alma, con toda la mente y con todas las fuerzas, allí, ante la Santa Cruz, es donde mejor podemos entender el nuevo mandamiento de Jesús, que dio a los discípulos el Jueves: “ámense unos a otros, pero no de cualquier modo ámense como yo los he amado”; esta es la escritura definitiva, no se puede cambiar, como acabamos de escuchar lo escrito, escrito está, allí es donde podemos entender mejor lo que es el amor hasta el extremo o como dice San Pablo:  «el amor hasta la locura». Dijo Mons. Fidencio. 

En el Momento de la Homilía Mons. Fidencio les compartió diciendo: «Hermanas y hermanos en la fe, el domingo de Ramos decíamos, en este mismo lugar, que el amor es el idioma de Dios y el signo del amor de Dios es la Santa Cruz, por eso es que, Dios nos entiende a todos y por eso es también, que sólo los que aman, se entienden mejor con Dios.

La cruz, es la nueva escritura que sólo con amor, podemos leer e interpretar, allí entendemos lo que es amar con todo el corazón, con toda el alma, con toda la mente y con todas las fuerzas, allí, ante la Santa Cruz, es donde mejor podemos entender el nuevo mandamiento de Jesús, que dio a los discípulos el Jueves: “ámense unos a otros, pero no de cualquier modo ámense como yo los he amado”; esta es la escritura definitiva, no se puede cambiar, como acabamos de escuchar lo escrito, escrito está, allí es donde podemos entender mejor lo que es el amor hasta el extremo o como dice San Pablo:  «el amor hasta la locura».

La cruz es la cátedra suprema donde Dios se identifica a sí mismo y desde donde se genera el hombre nuevo para la nueva humanidad que Jesucristo Nuestro Señor soñó, y vino a iniciar entre nosotros y con nosotros, por eso, quién desee conocer el verdadero rostro de Dios les recomiendo contemplar la cruz, guardar silencio y postrarse ante Él.

La Santa Cruz es el mejor lugar para comprender que los pobres son felices, no por ser pobres, sino por no ser egoístas ni opresores, allí ante la Santa Cruz es donde podemos comprender que son felices los que prefieren llorar que ser causa de que otros lloren, allí ante la Santa Cruz es donde podemos comprender que son felices los que prefieren tener hambre a ser la causa de que otros mueren de hambre, los que viven así son felices, son bienaventurados porque tienen esperanza, porque saben que sin este camino y  estás señales, se va perdiendo la capacidad de mirar lejos y de caminar derecho, por eso nos hará mucho bien mirar en silencio al crucificado y contemplarlo abierto de brazos sólo para abrazarnos y manifestarnos su amor hasta el extremo.

Por eso hermanas, hermanos, por eso, el viernes Santo los cristianos besamos y nos arrodillamos ante la Santa Cruz, porque en ella miramos, en su centro de ella miramos el corazón de quién más ha amado en este mundo, del que más ha amado a la humanidad, porque en la Santa Cruz reconocemos el altar donde Jesús nos ofrece y se ofrece como ofrenda al Padre para la salvación del mundo, y porque desde ella Jesús nos ha dejado como testamento sus últimas palabras y las convierte en todo un derroche de amor y de misericordia.

Desde la Santa Cruz Jesús nos regala sus vestiduras, lo acabamos de escuchar, los exegetas dicen que los cuatro soldados que se repartieron sus vestidos representan los cuatro puntos cardinales. Jesús deja sus vestidos a toda la humanidad, te las deja a ti, me las deja a mi, nos la regala a todos, para que nos revisamos de Él.

Les recuerdo que en el bautismo fuimos revestidos de Cristo y que sólo revestidos de Él podremos tener vida plena y felicidad verdadera.

Desde la cruz Jesús nos regaló a María su madre y María nunca olvida el encargo que su hijo moribundo le dio en la cruz: “amar como madre amorosa, a sus discípulos”, desde entonces María cuida de ti, cuida de cada uno de nosotros como cuidó a su propio hijo, desde entonces María está en la casa.

Desde la cruz, Jesús nos regala al Espíritu Santo, lo acabamos de escuchar, “inclinando la cabeza entregó el espíritu”, Como en la primera creación ahora Jesús, en el sexto día completa la obra de Dios por excelencia donando su Espíritu, inclinando la cabeza entregó el espíritu, nos entregó su espíritu; Con la muerte de Jesús queda terminada la creación; hermanas hermanos, ¿Qué otra cosa, que otra cosa más grande podría habernos dado, podría habernos entregado como signo de amor hasta el extremo?.

Así, Jesús nos enseñó, no sólo a morir y a dar la vida por los demás, sino a dar lo mejor de nosotros mismos hasta el final, hasta que podamos decir como él: tetelestai, todo está terminado.

Así nos enseña una vez más el significado principal de la última cena, qué es éste, «este es mi cuerpo qué será entregado por ustedes» .

Gracias Señor Jesús por el derroche de misericordia que derramas permanentemente sobre nosotros desde la Santa Cruz. Que así sea».

En esta celebración se recomienda salir en silencio, con un silencio muy creativo y a esperar el tercer día, es decir a esperar la resurrección, de los muertos, y se dejo unos momentos para que los feligreses pasaran a adorar la cruz, fue así como concluyó esta celebración de Viernes Santo.