𝐀𝐒𝐀𝐌𝐁𝐋𝐄𝐀 𝐃𝐄𝐂𝐀𝐍𝐀𝐋- 𝐃𝐄𝐂𝐀𝐍𝐀𝐓𝐎 𝐒𝐀𝐍 𝐌𝐈𝐆𝐔𝐄𝐋 𝐀𝐑𝐂𝐀́𝐍𝐆𝐄𝐋 – 𝐄𝐔𝐂𝐀𝐑𝐈𝐒𝐓𝐈́𝐀

Parroquia de Nuestra Señora de la Luz, Col. Cerrito Colorado, Querétaro, Qro. 18 de febrero de 2022.
Mons. Fidencio López Plaza, Obispo de la Diócesis de Querétaro, presidió la Eucaristía en acción de gracias por la Asamblea Decenal del Decanato de San Miguel Arcángel, que se llevo a cabo el día 18 de febrero de 2022, en la Parroquia de Nuestra Señora de la Luz, ubicada en Col. Cerrito Colorado, Querétaro, Qro.
En la Homilía participaron 4 de los sacerdotes pertenecientes a este decanato el primero fue el 
Pbro. Carlos López Horta quien compartió diciendo: «desde  mi experiencia personal en este encuentro con el sacerdocio, en este encuentro con la realidad, de manera que no menosprecio la formación del seminario porque es necesaria pero, es una formación que exige estarse recreando hoy día, yo tendría muchas cosas de que quejarme y de señalar a los demás pero no puedo pasar por alto mi realidad personal.
Me preguntó en lo personal ¿Qué tendría yo que hacer para que todos estos planes y proyectos a nivel decanato fueran de eficaces? y la respuesta es, no hay otra  que responder a nuestras necesidades antropológicas, lo mejor es volvernos a nosotros mismos y ver qué es lo que realmente vale la pena, tratar de encontrar cual el misterio que está dentro de nosotros mismos,
Haciendo eco al  Concilio Vaticano Segundo,  «el misterio del hombre se esclarece,  a la luz de Jesucristo», verdaderamente buscar en nosotros mismos, nos va a llevar a Jesucristo y a lo mejor una pista que experimentado es la paz.

No podemos dejarnos llevar por este aceleramiento en nuestra vida, tenemos que defendernos y creo que la mejor manera es siendo agentes de paz, es lo que yo alcanzo a ver es dura la vida, acelerada, hay distractores y me atrevo decir que en esta programación, en esta planeación a nivel decanato y en cada una de las parroquias construyamos siempre propositivos y la paz, buscando en nuestro interior y ahí vamos a encontrarnos con Jesucristo».

El segundo en compartir fue el Padre Óscar Sanabria,  Vicario del Misterio de la Encarnación del hijo de Dios: «Yo quisiera hacer eco «Debe haber concordancia con la palabra y con la vida y esto es lo que hoy nos habla el apóstol Santiago, ya lo que decía el padre Francisco, yo me permito parafrasear el evangelio: «Un plan de Pastoral, que no se traduce en obras, es un plan muerto, un plan estéril»,

De qué sirve dice el Apóstol Santiago, tener un plan técnicamente bien hecho ,con todo perfecto, pero que no se plasme en la vida, en las obras, creo que ese es el reto en nuestras parroquias que el plan se haga vida, y sobre todo en nuestra propia vida, nosotros hagamos realidad ese plan, porque brota precisamente de la vida de la iglesia y de sus necesidades y sobre todo de la misma palabra de Dios, y esto dice el apóstol tiene que partir de la realidad de la caridad, ante todo ¿de qué sirve que tú a un hermano le digas: que te vaya bien, abrígate y come bien, si no le das lo necesario para el camino?, eso ¿de qué sirve?,  palabras huecas que se las lleva el viento, tiene que hacerse realidad en la caridad.

Y eso es algo que muchas veces nos falta, tristemente los laicos se quejan de los sacerdotes, de que a veces no tenemos caridad para atenderlos, de que no les damos espacio-tiempo etc. y nosotros como sacerdotes debemos hablar de la caridad, cuando en realidad no la practicamos, eso es motivo de reflexión y sobre todo de corrección, de que nosotros comprendamos precisamente que lo que decimos tiene que ir acompañado de las obras.

Así igual nuestros  Planes Pastoral, tiene que traducirse en obras concretas, no solamente en palabras, discursos en algo plasmado en papel, sino que se demuestre con las obras.  «Muéstrame tu fe sin obras, y yo por mis obras te voy a mostrar mi fe», por las obras se nuestra en las parroquias, demostremos que realmente ese plan que está plasmado en hojas es una realidad y que brota precisamente de la Caridad que brota de la palabra de Dios.

Padre Jesús Galván, Vicario de Nuestra Señora de la Paz: «voy a hacer resonancia de mi propio sentir y luego me evoca la casita Sagrada, creo que así es como yo he vivido, e intentado vivir mi sacerdocio tratar de ver en la comunidad parroquial en donde yo estoy a mi familia, a lo mejor no con la misma calidez  que puedo tener con un hermano de sangre, pero sí ,con esa misma intención y cariño que pudiera tener en una familia.

La casita Sagrada que surge el Proyecto Global de Pastoral, por solicitud del Papá, de construir un proyecto a nivel nacional, porque la virgen pide que se construya su casa, me evoca la realidad de las parroquias en donde yo padre Jesús vivo, donde duermo, donde paso mi noche, es para mí el templo parroquial y mi familia, pues son las personas con las que me ha tocado compartir el Evangelio, agradezco a la comunidad en dónde estoy, por el apoyo que siempre me han brindado a mí y al padre Rodrigo que somos los sacerdotes que estamos ahí, y creo que esa imagen de la casita Sagrada es la evocación de una familia de Dios, a la que estamos  llamados todos.

Sabemos qué, es una realidad probablemente utópica o hasta idealista, pero ese es el llamado que tenemos hacer una familia de Dios con todas las limitaciones que tenemos, como dijo hace un momento Monseñor Fidencio conocernos, conocer la realidad de nuestra casa, ¿Cómo están nuestros miembros? ¿Cómo está la economía? ¿Cómo va el proyecto de familia parroquia?.»

Padre Luis Salas,  Decano de este decanato compartió lo siguiente: «Un de los verbos qué eh estado escuchando es construir, construir y yo creo que aquí en nuestro decanato estamos en una zona urbana y también rural, ya decían los hermanos de Tlacote, la realidad de los que vivimos aquí construyamos.

Aquí viene la llamadita del Señor a construir, y que conectándolo con el sueño del Papa Francisco, que nos invita también a nosotros a soñar, pues una imagen que me viene es, el sueño de construir de veras vínculos, puentes, redes para que nos vinculemos más como parroquias.

Los desarrolladores urbanos para que tengan éxito buscan más el crear o construir unas casas donde están unas bardotas grandototas y ahí solamente entras a través de una credencial y no entra nada más así, cómo así, ellos así tienen éxito en sus construcciones que realizan, yo creo que hoy para nosotros es el reto de construir los vínculos, construir sus puentes para estar mejor relacionados y también esas redes,  aprendamos eso.

También aprendiendo a construir nuestra casita, como decanato, cada parroquia tiene su realidad, cada parroquia tiene su dinámica, y va a su pasó pues ahí esas dónde vamos a aprender a construir juntos, parroquia de Corpus Christi o construir juntos con la parroquia de San Rafael Guízar y Valencia, y vamos a ir tejiendo sus vínculos y puentes que nos vinculen más,  no construir muros que nos dividan, que nos generen más división, sino que realmente los vayamos tirando simbólicamente, para tender puentes y las redes que ahora necesitamos.

Eso es un gran reto, vamos a ver como simbólicamente ir tirando eso muros  que se creen, y hacer vínculos entre los hermanos que viven en fraccionamientos cerrados y también desde aquí ir construyendo poco a poco nuestra casita Sagrada. Así construir los vínculos y saber qué son muy necesarias y esos puentes que nos vinculen más como hermanos en este decanato de San Miguel Arcángel.

y finalmente Mons. Fidencio les compartió diciendo: «Yo sencillamente quiero decirles que, estoy muy edificado y si hubiera tiempo me gustaría escucharlos a todos, porque es una riqueza admirable la que resulta cuando cada quien comparte lo que resuena de la vida a la luz de la Palabra de Dios, construyeron «El amor así mismo, hasta olvidarse de Dios y el amor a Dios, hasta olvidarse de sí mismo», esa frase nos ayuda a resumir el Evangelio, dos ciudades, dos amores,  el amor,  primero construyó la ciudad de Dios que nosotros llamamos el cielo y otro la ciudad del egoísmo de Satanás que llamamos el infierno».

Qué está hermosa frase de San Agustín, nos ayude a entender la profundidad del Evangelio que acabamos de escuchar, hay que perder la vida para ganar más vida. Que Dios así nos lo conceda».

Al terminar Mons. Fidencio les pido a todos los sacerdotes concelebrantes, les dieran la bendición a sus parroquias y a sus consejos, y el también les dio la bendición, y pasaron a una convivencia fraterna que se preparo para esta ocasión.