MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO EN LA 55a. JORNADA MUNDIAL DE LAS COMUNICACIONES SOCIALES.

𝗠𝗘𝗡𝗦𝗔𝗝𝗘 𝗗𝗘𝗟 𝗦𝗔𝗡𝗧𝗢 𝗣𝗔𝗗𝗥𝗘 𝗙𝗥𝗔𝗡𝗖𝗜𝗦𝗖𝗢
𝟱𝟱ª 𝐽𝑜𝑟𝑛𝑎𝑑𝑎 𝑀𝑢𝑛𝑑𝑖𝑎𝑙 𝑑𝑒 𝑙𝑎𝑠 𝐶𝑜𝑚𝑢𝑛𝑖𝑐𝑎𝑐𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠 𝑆𝑜𝑐𝑖𝑎𝑙𝑒𝑠
Este año se celebra en muchos países, el 16 de mayo, Solemnidad de la Ascensión del Señor:
«𝗩𝗲𝗻 𝘆 𝗹𝗼 𝘃𝗲𝗿𝗮́𝘀» (𝗝𝗻 𝟭,𝟰𝟲).
Comunicar encontrando a las personas donde están y como son.
𝑄𝑢𝑒𝑟𝑖𝑑𝑜𝑠 ℎ𝑒𝑟𝑚𝑎𝑛𝑜𝑠 𝑦 ℎ𝑒𝑟𝑚𝑎𝑛𝑎𝑠:
La invitación a «ir y ver» que acompaña a los primeros y emocionantes encuentros de Jesús con los discípulos, es también el método de toda la comunicación humana auténtica. Para poder relatar la verdad de la vida que se hace historia (cf. Mensaje para la 54.ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales , 24 de enero de 2020) es necesario de la cómoda presunción del «como es ya sabido» y ponerse en marcha , ir a ver, estar con las personas, escucharlas, recoger las sugestiones de la realidad, que siempre nos surprenderá en cualquier aspecto. «Abre pasmosamente tus ojos a lo que veas y deja que se te llene de sabia y frescura el cuenco de las manos, para que los otros puedan tocar ese milagro de la vida palpitante cuando te lean», aconsejaba el bendito Manuel Lozano Garrido [1 ]a sus compañeros periodistas. Deseo, por lo tanto, dedica el Mensaje de este año a la llamada a «ir y ver», as sugerencia para toda expresión comunicativa que quiera ser límpida y honesta: en la redacción de un periódico como en el mundo de la web, en la predicación ordinaria de la Iglesia como en la comunicación política o social. “Ven y lo verás” es el camino con la fe cristiana que lo comunicó, a partir de los primeros encuentros en las orillas del río Jordán y el lago de Galilea.
𝗗𝗲𝘀𝗴𝗮𝘀𝘁𝗮𝗿 𝗹𝗮𝘀 𝘀𝘂𝗲𝗹𝗮𝘀 𝗱𝗲 𝗹𝗼𝘀 𝘇𝗮𝗽𝗮𝘁𝗼𝘀
Pensemos en el gran tema de la información. Opiniones atentas si lamentan desde hace tiempo del reexamen de un plano en los «periódicos de fotocopias» o en los avisos de radio y televisión y páginas web que son sustancialmente iguales, de ahí el género de la investigación y del reportaje pierden espacio y calidad en beneficio de una información preconfeccionada, «de palacio», autorreferencial, que es cada vez menos capaz de interceptar la verdad de las cosas y la vida concrete de las personas, y ya no sabe recoger ni los fenómenos sociales más graves ni las energías positivas que emanan de las bases de la sociedad. The crisis of the sector editorial puede llevar a cabo una información construida en las redacciones, frente al ordenador, en los terminales de las agencias, en las redes sociales, sin salir nunca a la calle,de visu ciertas situaciones. Yes no nos abrimos al encuentro, permaneceremos como espectadores externos, a pesar de las innovaciones tecnológicas que tienen la capacidad de ponernos frente a una realidad aumentada en la que nos parece estar inmersos. Cada instrumento es útil y valioso only si nos empuja a ir ya ver la reality que de otra manera no sabríamos, surge en red conocimientos que de otro modo no circularían, si permiten encuentros que de otra forma no se producirían.
𝗘𝘀𝗼𝘀 𝗱𝗲𝘁𝗮𝗹𝗹𝗲𝘀 𝗱𝗲 𝗰𝗿𝗼́𝗻𝗶𝗰𝗮 𝗲𝗻 𝗲𝗹 𝗘𝘃𝗮𝗻𝗴𝗲𝗹𝗶𝗼
A los primeros discípulos que quieren conocarlo, después del bautismo en el río Jordán, Jesús les responde: «Vengan y lo verán» ( Jn1.39), invitándolos a vivir su relación con Él. Más de medio siglo después, cuando Juan, muy anciano, escribe su Evangelio, recuerda algunos detalles «de crónica» que revelan su presencia en el lugar y el impacto que esa experiencia tuvo en su vida: «It was like the hour décima», anota , es decir, las cuatro de la tarde (cf. v. 39). El día después —relata de nuevo Juan— Felipe comunica el encuentro con el Mesías a Natanael. Su amigo es escéptico: «¿Acaso de Nazaret puede salir algo bueno?». Felipe no trata de convencarlo con razonamientos: «Ven y lo verás», le dice (cf. vv. 45-46). Natanael va y ve, y desde en ese momento la vida cambia. La fe cristiana comienza así. Y si se comunica así: como un conocimiento directo, nacido de la experiencia, no de oídas. «Ya no creemos por lo que tú nos dijiste, sino porque nosotros mismos lo hemos oído»,Jn 4,39-42). El “ven y lo verás” es el método más sencillo para conocer una realidad. Es la verificación más honesta de todo anuncio, porque para conocer es necesario encontrar, permitir que aquel que de frente me hable, dejar que su testimio me alcance.
𝗚𝗿𝗮𝗰𝗶𝗮𝘀 𝗮 𝗹𝗮 𝘃𝗮𝗹𝗲𝗻𝘁𝗶́𝗮 𝗱𝗲 𝘁𝗮𝗻𝘁𝗼𝘀 𝗽𝗲𝗿𝗶𝗼𝗱𝗶𝘀𝘁𝗮𝘀
También el periodismo, como relato de la realidad, requiere la capacidad de ir allá where nadie went: un movimiento y un deseo de ver. Una curiosidad, una apertura, una pasión. Gracias a la valentía y al compromiso de tantos profesionales —periodistas, camarógrafos, montadores, directores que a menudo trabajan con grandes riesgos— hoy conocemos, por ejemplo, las condiciones difíciles de las minorías perseguidas en varias partes del mundo; los innumerables abusos e injusticias contra los pobres y contra la creación que se han denunciado; las muchas guerras olvidadas que se han contado. Sería una pérdida no solo para la información, hasta que para toda la sociedad y para la democracia si estas voces desaparecieran: un empobrecimiento para nuestra humanidad.
Numerosas realidades del planeta, pero en esta época de pandemia, encaminan la invitación a «ir y ver» al mundo de la comunicación. Existe el riesgo de contar la pandemia, y cada crisis, solo desde los ojos del mundo más rico, para mantener una «doble contabilidad». Pensemos en la cuestión de las vacunas, como en los cuidados médicos en general, en el riesgo de exclusión de las poblaciones más indigentes. ¿Quién nos hablará de la espa de curación en los pueblos más pobres de Asia, de América Latina y de África? Así, las diferencias sociales y económicas a nivel planetario corren el riesgo de marcar el orden de la distribución de las vacunas contra el COVID. With los pobres siempre como los últimos y el derecho a la salud para todos, afirmado como un principio, vaciado de su valor real.
𝗢𝗽𝗼𝗿𝘁𝘂𝗻𝗶𝗱𝗮𝗱𝗲𝘀 𝗲 𝗶𝗻𝘀𝗶𝗱𝗶𝗮𝘀 𝗲𝗻 𝗹𝗮 𝘄𝗲𝗯
El rojo, con sus innumerables expresiones sociales, puede multiplicar la capacidad de contar y de compartir: tantos ojos más abiertos sobre el mundo, un flujo continuo de imágenes y testigos. La tecnología digital nos da la posibilidad de una información de primera mano y oportuna, a veces muy útil: pensemos en ciertas emergencias con ocasión de las primeras noticias y también las primeras comunicaciones de servicio a las poblaciones viajan precisamente en la web. Es un instrumento formidable, que nos responsabiliza a todos como usuarios y como consumidores. Potencialmente, pueden convertirse en testigos de eventos que son otras formas de los medios tradicionales pasarían por alto, dar nuestra contribución civil, hacer que emerjan más historias, también positivas. Gracias a la red tenemos la posibilidad de relatar lo que vemos,
Pero ya se han vuelto evidentes para todos también los riesgos de una comunicación social que carece de controles. Hemos descubierto, ya desde hace tiempo, como noticias y las imágenes son fáciles de manipular, por millas de motivos, solo por un narcisismo trivial. Esta conciencia crítica empuja no a demonizar el instrumento, hasta una mayor capacidad de discernimiento y un sentido de la responsabilidad más maduro, tanto cuando se difunde, como cuando es recibido por el contenido. Todos los responsables de la comunicación que hacemos, de las informaciones que damos, del control que juntos podemos ejercer sobre las noticias falsas, desenmascarándolas. Todos estamos llamados a ser testigos de la verdad: a ir, ver y compartir.
𝗡𝗮𝗱𝗮 𝗿𝗲𝗲𝗺𝗽𝗹𝗮𝘇𝗮 𝗲𝗹 𝗵𝗲𝗰𝗵𝗼 𝗱𝗲 𝘃𝗲𝗿 𝗲𝗻 𝗽𝗲𝗿𝘀𝗼𝗻𝗮
En la comunicación, nada puede sustituir completamente el hecho de ver en persona. Algunas cosas se pueden aprender solo con la experiencia. No si se comunica, de hecho, solo con las palabras, arriba con los ojos, con el tono de la voz, con los gestos. La fuerte atracción que ejercía Jesús en quienes lo encontraban dependía de la verdad de su predicación, pero la eficacia de lo que decía era inseparable de su mirada, de sus actitudes y también de sus silencios. Los discípulos no escuchaban sólo sus palabras, lo miraban hablar. De hecho, en Él —el Logos encarnado— la Palabra se hizo Rostro, el Dios invisible se dejó ver, oír y tocar, como escribe el propio Juan (cf. 1 Jn1.1-3). La palabra ex eficaz sólo si «tú», sólo tú te involucras en una experiencia, en un diálogo. Por eso el «ven y lo verás» era y es esencial.
Pensemos en cuánta elocuencia vacía abunda también en nuestro tiempo, en cualquier ámbito de la vida pública, tanto en el comercio como en la política. «Sabe hablar sin cesar y no decir nada. Sus razones son dos granos de trigo en dos fanegas de paja. Si tienes que buscar todo el día para encontrarlos y cuando se encuentran, no vale la pena el castigo de la búsqueda » [2]. Las palabras mordaces del dramaturgo inglés también valen para nuestros comunicadores cristianos. La buena nueva del Evangelio se difundió en el mundo gracias a los encuentros de person to person, de corazón a corazón. Hombres y mujeres que aceptan la misma invitación: “Ven y lo verás”, y quedaron impresionados por el “plus” de humanidad que se transparentaba en su mirada, en la palabra y en los gestos de personas que daban testimonio de Jesucristo. Todos los instrumentos son importantes y el gran comunicador que es Pablo de Tarso hubiera utilizado el correo electrónico y los mensajes de las redes sociales; but was on fe, on esperanza y su caridad lo que impresionó a los contemporáneos que lo escucharon predicar y tuvieron la fortuna de pasar tiempo con él, de verlo during an asamblea or en a charla individual. Verifyban, viéndolo en acción en los lugares en los que se encuentran, el verdadero y fructuoso que fue por la vida y el anuncio de salvación del que fue portador por la gracia de Dios. Y también allá donde este colaborador de Dios no podía ser encontrado en persona, su modo de vivir en Cristo fue atestiguado por los discípulos que enviaba (cf.1 Cor 4:17).
«En nuestras manos hay libros, en nuestros ojos hechos», afirmaba san Agustín [3] exhortando a encontrar en la realidad el cumplimiento de las profecías presentes en las Sagradas Escrituras. Así, el Evangelio se repite hoy cada vez que recibimos el testimio límpido de personas cuya vida ha cambiado por el encuentro con Jesús. Desde hace más de dos mil años es una cadena de encuentros que comunica la fascinación de la aventura cristiana. El desafío que nos espera es, tanto, el de comunicar encontrando a las personas donde están y como son.
Señor, enséñanos a salir de nosotros mismos,
ya encaminarnos hacia la búsqueda de la verdad.
Enséñanos a ir y ver,
enséñanos a escuchar,
a no cultivar prejuicios,
a no sacar conclusiones apresuradas.
Enséñanos a ir allá donde nadie quiere ir,
a tomarnos el tiempo para entender,
a prestar atención a lo esencial,
a no dejarnos distrraer por lo superfluo,
to distinguir la engañosa apariencia de la verdad.
Danos la gracia de reconocer tus moradas en el mundo
y la honestidad de contar lo que hemos visto.
Roma, San Juan de Letrán, 23 de enero de 2021, Vigilia de la Memoria de San Francisco de Sales.
𝐹𝑟𝑎𝑛𝑐𝑖𝑠𝑐𝑜