300 AÑOS DE ERECCIÓN DE LA PARROQUIA SAN SEBASTIÁN, QUERÉTARO.

Un día como Hoy 20 de enero…. Pero de 1720
Hace 300 años.

Erección de la Parroquia SAN SEBASTIÁN. Barrio de San Sebastián, Santiago de Querétaro, Qro.

Pbro. Francisco F. Gavidia Arteaga.

El 25 de julio de 1531, fue fundado el pueblo novo hispánico de Querétaro, aunque la fecha aproximada del asiento definitivo del pueblo se sitúa entre 1540 y 1550, cuando Juan Sánchez de Alanís trazó las calles en forma de ajedrez, de acuerdo con el ordenamiento urbano del Renacimiento y el modelo establecido por los franciscanos en el poblado indio de San Francisco Acámbaro de Michoacán. Aquí no hubo ni grandes minas, ni placeres, ni siquiera había habido una pequeña urbe que hablara de la abundancia de bienes de valor. Antes bien la tierra era pobre en sus entrañas, aunque feraz en la superficie, apta para toda clase de cultivos, tanto para las frutas de castilla como para el trigo, el maíz y otros cereales.

Poco a poco, se fueron agrupando los habitantes en torno a la “Cruz de Piedra”. Del valle de Andamaxeí (Querétaro), salieron dos pueblos; al inicio del siglo XVII, Querétaro estaba dividido en dos asentamientos: el de los españoles y el de los indios, cuando se había pensado en uno solo, el de los indios.
En 1576, ya fallecido Don Fernando de Tapia y pese a que Querétaro siguió siendo gobernado por caciques y principales indígenas, la población indígena empezó a ser empujada hacia la periferia del pueblo. Ese desplazamiento se debió a que el virrey don Martín Enríquez de Almanza fue claro en marcar la separación de los asentamientos de los españoles. Además, al congregar a los indios, se empezaba a aplicar con mayor firmeza la política de las congregaciones, que dejaba tierras libres que podían ser ocupadas por los españoles.

En 1577, las mercedes de solares de ámbito urbano especificaban que los españoles debían situarse en la parte señalada para ellos: el centro del pueblo, ellos se fueron avecindando ocupando lo que hoy es el Centro Histórico de la ciudad, hacia los alrededores del pueblo, y el de los indios que quedaron en la zona del cerro de Sangremal, en el barrio de la Otra banda (San Sebastián) y en el Barrio de la Loma (San Francisquito). Al trazarse la ahora ciudad de Querétaro se demarcaron los límites entre españoles e indios, los cuales quedaron a prudente distancia de seguridad.

Las tierras del norte del río, llamado originalmente Río Blanco, se destinaron a indígenas de origen otomí, quienes fueron los primeros pobladores de este barrio y quienes levantaron rústicas construcciones de adobe y destinaron las tierras a sembradíos y huertos. Ya para el siglo XVII, el caserío se circunscribía a unas diez manzanas, a partir de la Calle del Deleite por el oriente; y por el rumbo del poniente, hasta el callejón del Cervantillo cuyas casas se alineaban únicamente por la hoy calle de primavera. Era este barrio uno de los más amenos y alegres de la ciudad por las grandes huertas y frondosos árboles que por doquier había. El barrio en donde se encuentra la Parroquia de San Sebastián es un estilo irregular, está formado por lomas y cerros angostas y serpenteadas en la mayoría de los casos. Es un barrio muy antiguo y de grandes tradiciones.

A principios del siglo XVII, la única parroquia que había en la ciudad de Querétaro era la de Santiago, que tenía como sede el Templo de San Francisco. Lo extenso y poblado de su territorio, hacían necesario una Vicaría Auxiliar. En este barrio a principios del Siglo XVIII, en 1718 por Cédula Real de Felipe V y firmada en Madrid el 5 de julio de 1712 los Padres Franciscanos edificaron un templo en honor a SAN SEBASTIÁN MARTIR, para que sirviera originalmente como Vicaria Auxiliar que ayudara a la Parroquia de Santiago, esta Iglesia prácticamente era carente de todo adorno, este templo es fiel reflejo de la humildad de sus constructores y seguramente también para sus destinatarios los indomestizos.

Estuvo sirviendo de auxiliar a la de Santiago de esta ciudad de Querétaro, hasta el 20 de enero de 1720 esta Vicaria Auxiliar, se erigió en la segunda parroquia de la ciudad, separándose de la Parroquia de Santiago, con aprobación del Ilmo. Y Rvmo. Sr. Mtro. D. Fr. José Lanciego y Eguílaz, Arzobispo de México; pero después se le fabrico la Iglesia que ahora tiene de bóveda, mirando al norte, la que esta pobremente adornada. Estuvo administrada por los religiosos franciscanos de la Provincia de San Pedro y San Pablo de Michoacán.

El 7 de febrero de 1759, se entregó el curato de la Parroquia de Santiago al clero secular. Recibió el curato por parte del clero secular el Sr. Br. D. JOSÉ ANTONIO DE LA VÍA Y SANTAELICES. Los padres franciscanos siguieron conservando esta parroquia hasta noviembre de 1778 que se entregó al cuidado pastoral de los sacerdotes de la Diócesis, que en aquel entonces pertenecía a la de México ; fue su primer cura entonces el Dr. D. Miguel de Zárate La jurisdicción de esta parroquia se extendía hasta el pueblo de la Cañada, en donde aquí después también se fundó una Vicaría Auxiliar.

Grandes sacerdotes han sido párrocos de este lugar, se guarda el grato recuerdo de aquel virtuoso sacerdote el Sr. Cura D. Felipe N. Sevilla.

La tarde del 7 de septiembre de 1810 se bendijo la Iglesia de San Sebastián, que había sido re-edificada por haberse maltratado con el tiempo, siendo el cura Don Agustín Durán.

A principios de este siglo, la parroquia de san Sebastián extendía su jurisdicción hasta Jurica y San José el Alto, por el norte; hasta Tlacote por el poniente, incluyendo las comunidades de Santa María Magdalena y Carrillo. Debido al crecimiento de la población, a partir de San Sebastián se han creado nuevas parroquias.