15 ANIV. DE ERECCIÓN DE LA PARROQUIA DE NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE, LA ESTANCIA.

El 27 de abril…. Pero de 2005, Hace 15 años

Erección de la PARROQUIA DE NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE, «La Estancia». San Juan del Río. Qro.

La mayor parte está tomada de: http://iztacchichimeca.blogspot.com/…/la-presa-de-la-estanc…. Síntesis Pbro. Francisco F. Gavidia Arteaga.

La Estancia se localiza en el Municipio de San Juan del Río , a 10 km al poniente de la cabecera municipal, es la localidad más poblada del municipio. Es una comunidad de gran importancia por haber tenido, guardadas las proporciones, un génesis y desarrollo paralelos incluso históricamente ya que casi al mismo tiempo que documentalmente aparecen las primeras menciones del pueblo de San Juan durante el siglo XVI, también lo hace el lugar que hoy nos ocupa, como un sitio agrícola que hasta hace pocos años conservaba su esencia rural, hoy, en pleno desarrollo urbano, es una de las localidades más grandes del municipio, pero no deja de tener una rica historia.

La ubicación privilegiada del sitio no había pasado desapercibida para los habitantes prehispánicos de la región, en toda la zona hay evidencias al menos de un asentamiento teotihuacano que por la extensión de los vestigios debió de ser muy grande.

Las conocidas haciendas sanjuanenses de Galindo y la Estancia, a finales del siglo XVI, dichos lugares solo eran “estancias” es decir tierras de cultivo. Los terrenos que conformaron la Estancia, por su ubicación privilegiada contribuyeron a acrecentar su importancia durante toda la era colonial, convirtiéndola rápidamente en hacienda. Al norte del jardín y contigua al casco estaba la capilla principal, dedicada a la Virgen de Guadalupe, acabada en junio de 1664.
El casco estaba situado cerca de la confluencia de los ríos Galindo y la Hache, que, unidos y con corriente permanente, discurrían en un leve descenso por el grueso de las tierras de cultivo ya con el nombre de el Caracol, lo que permitió, a través de bordos y pequeñas presas, que gran parte de ellas tuvieran riego la mayor parte del año.

Tuvo muchos propietarios, todos de renombre, era necesario gran poder económico para serlo, con el mismo nombre llegó al siglo XX, en 1919 al disolverse la Sociedad Carlos Ma. Loyola Hnos., doña Luisa Loyola Fernández viuda de Don Pedro J. Campos Palma recibió una fracción, la hacienda de la Estancia, que para poder trabajar fácilmente se le concedió una extensión mayor de la que le correspondía en la disolución de la sociedad. Ya que por entonces estaba abandonada y solo servía como bodega de la sociedad, vivieron incidentalmente los mayores y participaron de una u otra manera en su manejo, a partir de 1925, el administrador único fue Manuel, haciéndose cargo de los por entonces 1500 habitantes. A pesar de haberse ya convertido de facto en el patrón, siempre fue llamado “El Niño Manuel”. Desde sus primeras incursiones en la hacienda, se convirtió en un fuerte guía y consejero espiritual para los trabajadores. Fue promotor, terminaba su jornada alfabetizando a los trabajadores. Pero resultó que esa gran labor social y sobre todo su labor pastoral que tanto cariño le ganó entre sus allegados, lo puso de pronto en conflicto con las autoridades civiles. Era la época de la prohibición religiosa y un gobierno de política anticlerical. La posterior política agrarista oficial, también chocó con su labor humanitaria y espiritual. El 16 de mayo de 1935, en las inmediaciones de su propiedad, cerca del Camino Real y de una vía de servicio, montado en una yegua fue abordado por un asesino a sueldo con el pretexto de comprar algunos animales. Una vez asegurado de que era él, le dio varios disparos que segaron su vida, cayendo de cara a uno de los rieles. El caso nunca se aclaró por completo, aunque el asesino material fue conocido y a su vez murió asesinado. Igual que su víctima, sabía lo que le esperaba.

En la década de los cuarentas del siglo XX, se abandonaron las actividades agrícolas y el casco cayó en deterioro, la Casa Grande se había convertido en un cuartel y posta ganadera, pero lo poco que quedaba nos da un acercamiento a su pasado grandioso. En la década de 1970, cuando siendo ya propiedad del gobierno federal, se decide construir en sus alrededores la presa Constitución de 1917, la anegó bajo sus aguas, junto a muchas tierras aledañas que conservaba tras el reparto agrario, la zona arqueológica y la vieja capilla, que era uno de los templos más antiguos del municipio y del estado. La hacienda de la Estancia, aunque con muchas modificaciones, un casco del siglo XVII, sin reparo fue condenado a quedar bajo las aguas de una presa, sin que hubiera oposición, a no ser la de los lugareños que junto a ella tenían sus viviendas y milpas, que decidieron no abandonar, pero lo tuvieron que hacer cuando los alcanzó el nivel ascendente del agua.

Al elevarse las aguas se creó el núcleo habitacional del moderno poblado de la Estancia acceso por el Kilómetro 170 de la Autopista México Querétaro, a un costado, al oriente de la presa se trasladó el cuartel, de inicio, la población del cuartel competía en número con la localidad, fiel a sus orígenes, los soldados están ahí atendiendo, además de sus deberes castrenses, una granja avícola y lechera y viven en las mismas instalaciones en un conjunto habitacional con sus familias.
La Capilla se encontraba fuera del área perimetral del casco, pero conectada con él por una puerta auxiliar, se tenía acceso directo sin tener que entrar a la hacienda. Solo podría explicarse el hecho de que esta tuviera su capilla particular y que por el número de habitantes desde épocas tempranas hubiera en sus terrenos una capilla para los trabajadores y por eso su construcción desde 1664 , era la capilla en funciones del poblado pertenecía a la parroquia de San Juan del Río y era atendida por sacerdotes de ella hasta la formación en 1957 de la parroquia de Galindo a la que fue adscrita. En lo local, estaba su cuidado a cargo de capilleros.

Al inundarse la vieja capilla anexa al Casco de la hacienda de la Estancia Grande, los servicios religiosos en pleno pasaron a la nueva capilla instalada aguas arriba, en pleno centro del nuevo núcleo habitacional, interrumpiendo una continuidad de cuatro siglos lo único que sobrevivió para el recuerdo, es una placa de piedra, empotrada en los muros de la nueva iglesia, algunos de los viejos habitantes, que, ante la inminente inundación, arrancaron de la capilla, la piedra que marcaba la fecha de construcción como el único recuerdo que algún día tendrían de ella, para trasladarla a la capilla del nuevo poblado donde fueron reubicados. Dice la inscripción: «Se acabó a fin del mes de junio de 1664″.

El 27 de abril, de 2005, el Excmo. Sr. Obispo D. Mario De Gasperín Gasperín tuvo a bien hacer la erección de la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe en «La Estancia», SJR. Fue nombrado Primer Párroco el Sr. Pbro. Félix Andrade Zamudio, la 8a. dedicada a en honor de Nuestra Señora de Guadalupe en la Diócesis de Querétaro. El 2 de agosto de 2013, los fieles de la comunidad de Santa María de Guadalupe en La Estancia, San Juan del Río, recibieron a su segundo párroco y actual el Sr. Cura Pbro. Armando Lázaro Moreno.

En el atrio, se encuentran dos templos el primero con capacidad para 100 personas sentadas, a un costado, hay una enorme construcción casi por terminar, es una nueva iglesia, ante la necesidad de espacio el señor Cura Pbro. Félix Andrade Zamudio inició la construcción de un nuevo templo parroquial solicitando el apoyo del pueblo se continúa con los trabajos del nuevo templo que con capacidad para 1000 personas sentadas con vista desde cualquier ángulo del altar contará también con espacio para servicio de criptas en el sótano.

El día 12 de diciembre de 2018, Mons. Faustino Armendáriz Jiménez, Obispo de la Diócesis de Querétaro, presidió la Santa Eucaristía, en la que se hizo la Dedicación del templo Parroquial y el Altar en la Parroquia de Santa María de Guadalupe, La Estancia, San Juan de Rio, Qro., en el marco de su fiesta Patronal.