XIX ANIVERSARIO Y CONFIRMACIONES, PÁRR. SANTA MARÍA DE GUADALUPE,  El Palmar, Cadereyta.

 El Palmar, Cadereyta de Montes,  Qro.   26 de Noviembre de 2016.

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 La comunidad parroquial Santa María de Guadalupe, El Palmar, Cadereyta. El día 27 de Noviembre de 2016,  dio la bienvenida a Mons. Faustino Armendáriz Jiménez, quien visito la comunidad para Presidir la Sagrada Eucaristía y Confirmar en la fe a 170 hermanos nuestros,  entre ellos un niño especial y 7 adultos,  quienes después de recibir la adecuada preparación pre sacramental, fueron presentados a Nuestro Pastor diocesano por el Sr. Cura, El Pbro. J. Concepción Lozano Herrera,  para recibir el segundo de los Sacramentos de la Iniciación Cristiana.  Al inicio de la celebración Mons. Faustino expresó:

Hermanos  nos reunimos, para celebrar con alegría  un aniversario  de esta comunidad parroquial de Nuestra Señora de Guadalupe, el aniversario  XIX, que a lo largo  de este tiempo se ha caminado buscado que la presencia  de Dios este más en nuestros corazones a través de la evangelización, de la predicación de la palabra que impulsan las pequeñas comunidades, dejemos que la palabras  de Dios hoy nos ayude abrir esos escenarios donde vayamos diciendo a Dios si, en todo lo que él nos pide.

Damos gracias a Dios  por estos niños y jóvenes, que hoy van a ser confirmados, pidamos para que ellos sean testigos del amor de Dios; vivamos pues nuestra fe, nuestra oración, eh iniciemos nuestra celebración reconociendo que somos pecadores, cada uno pídale a Dios perdone sus pecados”.

 A continuación texto completo de la Homilía, que  Mons. Faustino, les dirigió:

 “Muy queridos hermanos hoy al celebrar este aniversario XIX, de la  parroquia, en una actitud  agradecida con Dios nos reunimos ante el altar, para mostrarle a él,  nuestra fe y también  nuestro deseo de que él nos siga ayudando en el camino  de peregrinación de esta  comunidad parroquial, son muchas las pequeñas comunidades que conforman esta parroquia, son muchos los fieles que  hoy se congregan y que representan  a cada una de ella,  a lo largo de este tiempo seguramente con tres párrocos ha habido muchos desafíos, y también seguramente  han enfrentado muchas situaciones difíciles,  sin embargo en todo momento es Dios el que se ha manifestado para llegar hasta hoy.

Ciertamente lamentamos,  toda aquella infiltración de otros grupos religiosos, en muchas de nuestra comunidades están presentes y sin  duda eso es un reto para nosotros para seguir evangelizando, pero también son muchas las bendiciones que las familias con una fe fiel, sean sostenido  en su fe cristiana católica, en su fidelidad a Cristo, en su fidelidad al Papa, han recibido sin duda muchos beneficios de parte de toda aquella acción pastoral que  ha venido realizando la parroquia con el liderazgo espiritual y pastoral del sacerdote en turno.

Hoy damos gracias a Dios, pedimos por los sacerdotes que aquí han realizado su ministerio y  por aquellos que ya sea han partido a la casa del padre pedimos por su eterno descanso.

La Parroquia es,  y seguirá siendo, ese especio en el cual nosotros celebramos nuestra fe, la parroquia es el lugar donde se celebra si, la Santa Misa, pero no solamente eso,   es “La Fuente de la  Pastoral y de la Espiritualidad”  donde se irradia a todas las comunidades que la conforman; por eso desde aquí a través de un Consejo Parroquial de Pastoral,  se impulsan todas las tareas y todas las áreas o Comisiones de Pastoral de nuestra comunidad.

Por eso agradezcamos  a Dios que tantos agentes laicos, hombres y mujeres hayan contribuido a ir conformando la solides de esta comunidad parroquial; es en la parroquia donde de se da la formación,  que es parte del crecimiento de las  familias, es parte del crecimiento de la comunidad cristiana,  estos jóvenes, niños y adultos que hoy vienen a confirmarse, son un numero de todos aquellos que a lo largo de 19 años han sido  formados por los y las catequistas, por eso le agradecemos a Dios, que siempre haya  laicos generosos que colaboren para extender el reino de Dios en la comunidad, y esta es una manera de hacerlo , ciertamente en todos los procesos de formación sea de la catequesis infantil, de adultos, de la preparación para el matrimonio, de la  preparación para la Primera Comunión, de la preparación  en la cual se  evangeliza a los fieles a través de los retiros de vida nueva, a través de los lugares y espacios de crecimiento de los evangelizados, y  a través de la Misión Permanente que siempre está realizando en una comunidad parroquial autentica que trabajan por la difusión del reino de Dios.

Y esta comunidad así es, quizás a veces hay personas que digan que en la parroquia solamente se cebra Misas y es lo único que hace el Sacerdote,  y no,  de manera permanente  esta trabajado, proyectando y saliendo a las comunidades, cuántas familias por ejemplo que faltan por integrarse para colaborar en bien de los hermanos más pobres,  cuantos desafíos los equipos de pastoral de la familia para llegar a las parejas, a los papás, a los niños, a los ancianos, para impulsarlos a caminar por el camino de Jesús;  aquellas parejas amancebadas o juntadas, por diferentes circunstancias evangelizarlas, para que retomen el camino  y reciban la bendición de Dios en un Sacramento.

Por lo tanto en una  Parroquia la formación y finalmente los sacramentos son algo importantísimos, que al final de cuentas se trata de  que en centro de las familias y de los corazones  este Cristo  y el culmen de todo este ser y quehacer es la Eucaristía después de hacer escuchado la palabra de Dios.

 Y ¿dónde se va a hacer eso? cada quien va a venir desde sus casas sí, pero antes también hay una instancia intermedia que se llama “La Pequeña Comunidad”, no tendría sentido tanto trabajo evangelizador de en una comunidad parroquial, sino está orientada a formar esas pequeñas comunidades que son pequeñas iglesias, que después se reúnen donde el centro es la Palabra de Dios; esas Pequeñas Comunidades donde se comparte la vida,  pero a la luz de la  Palabra de Dios.

Por eso,  que todos los miembros de esta comunidad del Palmar pertenezcan a una Pequeña Comunidad, porque allí está la vida en lo cotidiano, en lo domestico, en lo ordinario, allí es donde tenemos el gran reto de vivir la Palabra de Dios; por eso ninguno tenemos que excusarnos de no tener el apoyo de una Pequeña Comunidad.         

Hoy hermanos damos gracias a Dios por toda esta tarea evangelizadora, pero también le pedimos  Dios que nos ayude a caminar fieles en este compromiso bautismal que todos tenemos, y ¿cómo hacerle? -Hoy Jesús nos da la clave-, “Velar y orar para no caer en la tentación”,  si cada uno de nosotros hacemos un examen de conciencia como cuando nos vamos a confesar, ¿qué es lo que descubrimos?, descubrimos tantas infidelidades a Dios, a nosotros mismos, a veces a la pareja, a la familia, a la comunidad  descubrimos todo aquello que nos aleja de Dios.

El Papa recientemente nos ha dicho  que el infierno no es un lugar donde te están torturando,  sino que la gran  tortura que se experimenta es: “El alejamiento  eterno de la presencia de Dios”.

Hermanos no vivamos eso aquí en vida, ese alejamiento de la gracia de Dios, de tal manera que preferimos tantas cosas que  a través de nuestros sentidos nos hacen gozar y más con los medios hoy, de  comunicación digital que tanto bien pueden hacer, pero también que tanto mal con estos mensajes que degradan la dignidad de la personas, especialmente la dignidad de la mujer.

Agradezcamos a Dios que hoy nos alienta a velar, a velar para no caer en tantos  tropiezos que el mundo nos ofrece, a decirle a Dios, Señor,  yo tengo el Espíritu Santo, fortalece mi fe para que actué  como tú quieres,  y tengo  la fuerza necesaria que se me dió en el Bautismo, que se me da en la Confirmación, que se me da en cada uno  de los Sacramentos para seguir siendo testigo de tu amor.

 Que el Señor nos ayude y que la tarea  de todos ustedes siga siendo muy fructífera, especialmente en los quienes comprometidos como Agentes de Pastoral en las diferentes agrupaciones y equipos están realizando  una tarea importantísima en la comunidad.

Damos gracias a Dios por los Sacerdotes que han colaborado y que están colaborando en esta comunidad y pedimos la intercesión de la Santísima Virgen María de Guadalupe”. Que, Así Sea.

AL término de la celebración el Sr. Cura Agradeció a Mons. Faustino, su visita a la comunidad parroquial,  le bridaron un caluroso aplauso, el Sr. Obispo agradeció todas las muestras de cariño manifestadas, encomendó a la comunidad parroquial bajo la protección amorosa de la Virgen María e impartió su bendición sobre todos los presentes.