SANTA MISA DEL V DOMINGO ORDINARIO, 4 de Febrero de 2018.  

Santa Iglesia Catedral. 4 de Febrero de 2018.  

En la Santa Iglesia Catedral se llevó a cabo la Solemne celebración dominical del V Domingo del Tiempo Ordinario, Mons. Faustino Armendáriz Jiménez, Obispo Diocesano, presidió la Santa Misa, en la cual destacó, en el evangelio de este domingo unos intermediarios anónimos que consideran urgente la intervención del Maestro,   le presentan al Señor Jesús  una necesidad: “Le avisaron que la suegra de Pedro estaba enferma” por este motivo Nuestro Pastor diocesano, dio a estos intermediarios el calificativo de “‘Los discípulos anónimos’ y expresó: “Son pues seguidores fieles de Jesús, su papel corresponde al de los ángeles o en palabras más terrenales de misioneros que prestan su servicio a Jesús”.

A continuación les compartimos el texto de la homilía completa:

“El evangelio del domingo pasado contaba el asombro causado por la predicación de Jesús y por su poder sobre los espíritus inmundos. Todo eso ocurrió un sábado en la sinagoga de Cafarnaúm. El evangelio de este domingo nos cuenta cómo terminó ese sábado y qué ocurrió en los días siguientes. 

Jesús cura en sábado 

El día sábado es para la mentalidad judía, un tiempo sagrado y de bendición (Cf Gn 2,3) sin embargo una concepción ritualista y puritana de la religión había convertido lo bueno en malo, pues lo que era día de descanso y bendición se había deformado en un día de ‘maldición’ que impedía obtener la salud y la liberación. Por el contrario, para Jesús y sus discípulos que ha comenzado un itinerario de vida diferente (recordemos el mensaje de hace quince días ‘conviértanse y crean en el evangelio’) estas ideas deformadas debían ser cambiadas es por eso que aún en sábado Jesús sana a la suegra de Pedro.

 

Unos discípulos anónimos

 

Interesante es ver como Jesús no ha ido a la sinagoga ni a la casa de Pedro para curar, sino que es la cercanía con la realidad lo que le hace descubrir la necesidad de cada persona. Esta realidad ha sido percibida por unos ‘discípulos anónimos’ pues el relato dice que algunos le avisaron a Jesús sobre la enfermedad de la suegra y que al atardecer le llevaron a todos los enfermos y endemoniados; No se precisa quiénes son estos que informan y que llevan a otros ante Jesús. Son intermediarios anónimos que consideran urgente la intervención del Maestro. Estos ‘discípulos anónimos’ conocen el programa de Jesús y quieren colaborar con Él. Pues no comparten la mentalidad opresora de un legalismo y una teorización de la relación del hombre con Dios. Son pues seguidores fieles de Jesús, su papel corresponde al de los ángeles o en palabras más terrenales de misioneros que prestan su servicio a Jesús.

A ellos no les importa que sea sábado, y que, según la enseñanza de los escribas, estaba prohibido curar a un enfermo, ellos ponen a la persona por encima del legalismo. La acción liberadora de Jesús se ejerce gracias al interés de estos discípulos/misioneros anónimos, que convencidos en el proyecto evangélico promueven a sus hermanos para ser partícipes de esta nueva forma de vida. Su interés no hace excepciones todo aquel que está en una mala situación es llevado a Jesús, mostrando así la universalidad del programa del Evangelio.

 

Los discípulos y misioneros de Hoy

 

Queridos hermanos aprendamos de estos ‘discípulos anónimos’ pues una autentica evangelización de nuestros pueblos implica:

Primero: Conocer al Señor y su propuesta de salvación «Invito a cada cristiano, en cualquier lugar y situación en que se encuentre, a renovar ahora mismo su encuentro personal con Jesucristo o, al menos, a tomar la decisión de dejarse encontrar por Él, de intentarlo cada día sin descanso. No hay razón para que alguien piense que esta invitación no es para él, porque nadie queda excluido de la alegría reportada por el Señor».

Segundo: Estar cerca de la realidad, para poder descubrir el dolor y la opresión del hermano. Seamos una Iglesia en salida. No tengamos miedo como le ha dicho el Papa Francisco de ser una ‘Iglesia accidentada’ es peor ser una ‘Iglesia enferma’.

 

Tercero: acercar a los otros a la fuente viva de Salvación, ser una Iglesia en salida nos permitirá mostrar al mundo la Alegría del Evangelio, y así atraer a otros a la Luz de la fe, seamos pues servidores del proyecto de Jesús acercando a nuestros hermanos abrumados por distintas cargas a la Medico el mundo a único que tiene Palabras de vida eterna. Amén”