SANTA MISA DEL DOMINGO XIX DEL TIEMPO ORDINARIO

Santa Iglesia Catedral, 12 de Agosto de 2018. 
A las 9 de la mañana del domingo 12 de agosto de 2018, Mons. Faustino Armendáriz Jiménez, Obispo  de Querétaro, presidió la celebración Eucarística en  la Santa Iglesia Catedral, concelebraron el Pbro. Rafael Gavidia Arteaga, Pbro. José Luis López Gutiérrez, M.I. Sr. Cango J. Guadalupe Martínez Osornio. Dentro de la celebración al termino de la homilía el Pastor Diocesano, Consagro de manera Extraordinaria los Oleos Sagrados,  dada la necesidad  Pastoral. Los Santos Óleos son tres: el Santo Crisma, usado para ordenaciones, confirmaciones, bautizos y consagraciones de altares e iglesias; el Óleo de los Catecúmenos, usado para el Bautismo, y el Óleo de los Enfermos, usado en el Sacramento de la Unción de los Enfermos; de manera ordinaria, los Oleos Sagrados,   son consagrados en la Misa Crismal,  que se realiza en la Santa Iglesia Catedral,  el día Miércoles,  dentro de la Semana Santa. 
En su homilía Mons. Faustino,  dijo: «Muy queridos hermanos, en este domingo IXX del tiempo ordinario, la palabra de hoy nos reconforta al presentarnos Dios el alimento del Pan de Vida, y desde la primera lectura con el Profeta Elías, nos presenta esta pre figuración cuando el Señor le dice «come y bebe» y el Profeta comió aquellos panes y agua que Dios le daba. Jesús en el Evangelio de este día se presenta como el Pan de Vida y es en este tiempo donde debemos todos estar cerca de ese alimento que nunca se acaba».
 
«A pesar de que haya muchos cansancios en nuestra vida, a pesar de todos esas circunstancias, debemos comer el pan de vida que es Jesús, y seguir junto con Él siempre adelante, a veces presentamos fatigas en nuestras vidas como las padeció el Profeta Elías, pero al igual que él, Dios nos fortalece ya no con pan y agua, sino con su Hijo mismo que dio su vida por nosotros y que es el Pan Vivo bajado del cielo, y este es nuestro remedio para seguir peregrinando en esta vida para ir siempre adelante».
 
Concluyó diciendo: «Acerquémonos a la Sagrada Eucaristía, porque esa es la fuente de vida para poder llevar el mensaje misionero de salvación a nuestros hermanos, pidamos la intercesión de Nuestra Madre Santísima, para que tomados de su mano, nos conduzca a Jesús, para imitar en nuestra conducta su amor misericordioso».
 
Al término de la Santa Misa, Mons. Faustino impartió la bendición a todos los fieles reunidos.