Palabra Dominical: El territorio de su reino son los corazones libres

DOMINGO: NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO REY DEL UNIVERSO

Del santo Evangelio según san Juan: 18, 33-37

En aquel tiempo, preguntó Pilato a Jesús: «¿Eres tú el rey de los judíos?» Jesús le contestó: «¿Eso lo preguntas por tu cuenta o te lo han dicho otros?» Pilato le respondió: «¿Acaso soy yo judío? Tu pueblo y los sumos sacerdotes te han entregado a mí. ¿Qué es lo que has hecho?» Jesús le contestó: «Mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuera de este mundo, mis servidores habrían luchado para que no cayera yo en manos de los judíos. Pero mi Reino no es de aquí».

Pilato le dijo: «¿Conque tú eres rey?» Jesús le contestó: «Tú lo has dicho. Soy rey. Yo nací y vine al mundo para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz». Palabra del Señor.

 

El territorio de su reino son los corazones libres

jesucristo-rey-del-universo-33408A manera de corona y síntesis de todo el año litúrgico, celebramos hoy la fiesta de Jesucristo, Rey de toda la creación.  Esta fiesta fue instituida por Pio XI en 1925. Tras la reforma litúrgica se ubica en el último domingo del año cristiano para señalar el carácter escatológico y de futuro que tiene el reinado de Cristo. Jesús, que se negó a aceptar un reinado que le ofrecían las masas entusiastas, afirmo rotundamente su realeza ante Pilato poco antes de morir. El reino de Jesús es espiritual e interior. El territorio de su reino son los corazones libres.

Si leemos detenidamente el evangelio de San Juan nos percataremos de que Jesús y sus adversarios discuten  como si hablaran distintos idiomas, y no se entienden. Esto es lo que sucede en el dialogo de Jesús con Pilato en el proceso de su pasión.

Pilato es un político, un representante del poder militar de Roma y piensa en términos político-militares. Le han presentado a Jesús como un candidato a Rey, por ello le pregunta ¿Eres tú el Rey de los judíos? Jesús excluye  el concepto de realeza y reino en el sentido político que Pilato teme y afirma sin ambigüedades su condición de rey y la naturaleza del reino mesiánico, entendido como la realización del plan salvífico de Dios.  Jesús es rey, pero no es de este mundo, solo cuando sea elevado sobre la tierra atraerá a todos, porque su reino nace en los corazones y se realiza en el interior de la persona.

El reino que Jesús anuncia expresa una nueva manera de vivir y de entender la vida en la que el mismo precede con el ejemplo. Es el reino de la Verdad de Dios que busca y define lo esencial. Ese renio no es un territorio con fronteras, no se entiende como una conquista por la fuerza. Al contrario, es Cristo quien dio su vida para fundar ese reino, para liberar con su propia sangre a los liberados. Todos estamos llamados a formar parte de ese reino.

Cristo es nuestro Rey, y estamos invitados a proclamarle como rey nuestro. Hacer a uno rey o reina es decirle: “Tienes derecho sobre mí, sobre mis horarios, sobre mi distribución del tiempo, sobre mi vida, sobre mi corazón”. Proclamar que  Cristo  es Rey no es nada más que una confesión de fe: adhesión y cariño. El reinado de Jesús consiste en inaugurar aquí, como germen y como semilla, lo que será al final de toda la historia: la verdad, la justicia, la paz, la equidad, la alegría. El reino de Cristo comienza aquí,  pero no es de aquí porque no es  como lo que los hombres inventan, donde se someten unos a otros.  Por ello Jesús precisa que  quien quiera ser grande se haga servidos, quien quiera ser primero, se haga servidor de todos.  Este es el artículo principal de la constitución del Reino de Dios que Jesús pone en marcha.

El seguimiento de Jesús y su reinado solo recae en cuantos estemos dispuestos a ser sus discípulos, de quien vive solo de la fe en el Señor.

† Faustino Armendáriz Jiménez

Obispo de Querétaro