ORDENACIÓN SACERDOTAL PBRO. FRANCISCO JAVIER AGUILLÓN SAAVEDRA.

Bravo, Corregidora, Qro. 26 de junio de 2021.

La parroquia de Nuestra Señora del Rosario, Bravo, Corregidora, Qro., se lleno de alegría por la Ordenación Sacerdotal del Pbro. Francisco Javier Aguillón Saavedra, a quien le fue conferido el Sacramento del Orden por manos de Mons. Fidencio López Plaza, X Obispo de la Diócesis de Querétaro, Qro., el sábado 26 de junio de 2021.

La Santa Misa fue presidida por Mons. Fidencio López Plaza y Concelebrada por Mons. Martin Lara Becerril, y algunos otros sacerdotes que acompañaron en esta ocasión tan importante  en la vida del nuevo Pbro. Francisco.

En el momento de la Homilía Mons. Fidencio les compartió diciendo: “Mi querido diacono, para esto te has estado preparando muchos años ya era necesario que la santa iglesia hablará por ti, que te sintieras arropado por el amor de Dios y así como estoy yo, en medio de la Santísima Virgen y San José, en los brazos de la Santísima Virgen y de nuestro querido padre el señor San José”.

“Por eso ahora unido con este pueblo que te vio nacer y crecer, puedes escuchar la voz de Jesús que te dice al oído Francisco Javier hijo mío, cuánto he deseado celebrar esta Pascua contigo, para Jesús el deseo de celebrar la Pascua era tan grande que tuvo la locura de convertirla en el misterio supremo de la comunión y de ponerla en las manos de los sacerdotes”.

En la Eucaristía, los cristianos y los sacerdotes nos sentimos completos, en ella reconocemos el vínculo donde hemos nacido, el camino que vamos recorriendo y dónde nos formamos y nos vamos transformando en cada Eucaristía en el misterio, y el ministerio se actualizan de manera permanente.

“Tomó pan, lo bendijo, lo partió lo repartió y dijo: “tomen y coman todos, este es mi cuerpo”, hagan esto en memoria mía, Jesús tomó pan en sus manos, lo primero que el señor hace es, tomarnos en sus manos porque para él somos muy importantes y muy queridos y lo bendijo.

Dios, no crea maldiciones, Dios sólo crea bendiciones, todos somos una bendición de Dios, por eso el discípulo se forma a los pies del maestro obedeciendo, con solicitud a Dios, y a nuestros hermanos, la palabra de Dios nos configura para dar gracias, para bendecir a Dios, y para ser una bendición también para los demás.

Tomó pan en sus manos, lo bendijo y luego lo partió, la única motivación del discípulo es, ser testigo del reino de Dios, lo que Jesús da a comer a sus discípulos es el pan de la obediencia y de su amor, por el padre por eso, si nuestra ofrenda es necesaria, necesariamente al terminar la misa hemos de hacer lo que hemos dicho, ofrecer a los demás nuestro tiempo, nuestras energías, nuestro afecto, en una palabra nuestra vida, es necesario dejarlos comer por los demás y por todos y de manera preferencial por los más pobres y los más necesitados.

“Como decía un maestro de espiritualidad, los cristianos y los sacerdotes por la mañana, en la misa podemos decir: “soy el sacerdote, soy el cristiano y Jesús es la víctima”, pero durante la jornada, Jesús es el cristiano, es el sacerdote y nosotros la víctima”.

“Tomó pan en sus manos, lo bendijo, lo partió y los repartió, el pan partido es repartido y entre más partido y repartido, es más fecundo, por eso se tiene la experiencia de avanzar en el camino del discipulado, se llega el día en que Dios nos pide al hijo de la promesa como Abraham y mientras no estemos dispuestos a entregarlo todo, no le pertenecemos al 100%, Dios nos quiere para hacer partidos y ser repartidos, Dios nos ha creado para descubrir el gozo de ser comida para los demás.

Después de estos cuatro gestos, Jesús dijo: “este es mi cuerpo”, así como el pan es transformado en Cristo, así el discípulo es transformado día a día en Cristo, por eso el sacerdote y el cristiano han de glorificar a Dios, diciendo a la manera de Jesús “tomen y coman este es mi cuerpo, qué será entregado por ustedes”.

Hay mucha gente destacada en esta espiritualidad, por eso es que la iglesia sigue siendo fecunda en discípulos y misioneros, después dijo Jesús “coman todos de él”, el siguiente paso en la formación del discípulo es, cuando después de haberse entregado, Jesús se entrega a los demás.

“El discípulo no vive para sí mismo, sino para dar la vida por los demás, el mayor gozo del cristiano y de al sacerdote es, ser comido por los demás es sembrar más que cosechar”.

“Cuando se nos olvida que somos sembradores, podemos caer en la tentación de ser vividores y dañar la parcela que Dios nos ha encomendado, hagan esto en memoria mía la Santa Eucaristía como vientre donde nacen los cristianos y los sacerdotes, como el camino donde se forman y escuela donde se transforman es también la misión que Jesús nos encomienda, hay que repetir el proceso que Jesús nos enseñó para extender el reino de Dios en el tiempo y en el espacio, hagan esto en memoria mía.

Vayan pues y hagan discípulos a todas las gentes, como el padre me ha enviado así los envío yo, no basta pues con ser discípulos, el verdadero discípulo es el que hace discípulos, pero para que la cadena no se rompa hay que formarse, hay que ser formadores de discípulos y comunidades de discípulos, que sean levadura que fermente toda la masa.

“Que el señor San José y la Virgen María en su advocación del Rosario, nos enseñen hacer destacados ciudadanos y destacados cristianos, y nos enseñen a ser eucaristías a la manera de Jesús el Buen Pastor. Concluyó.

Al terminar la celebración, Mons. Fidencio entrego una cruz Vocacional a los papas del nuevo presbítero, así como a un grupo de jóvenes, para seguir pidiendo al dueño de la mies envíe obraros a su mies, y  posteriormente se ofrecieron los alimentos que para esta ocasión de prepararon, en una convivencia fraterna.