JURAMENTO DEL PATRONAZGO DE LA SANTÍSIMA VIRGEN DE LOS DOLORES DE SORIANO.

𝗝𝗨𝗥𝗔𝗠𝗘𝗡𝗧𝗢 𝗗𝗘𝗟 𝗣𝗔𝗧𝗥𝗢𝗡𝗔𝗭𝗚𝗢 𝗗𝗘 𝗟𝗔 𝗦𝗔𝗡𝗧𝗜́𝗦𝗜𝗠𝗔 𝗩𝗜𝗥𝗚𝗘𝗡 𝗗𝗘 𝗟𝗢𝗦 𝗗𝗢𝗟𝗢𝗥𝗘𝗦 𝗗𝗘 𝗦𝗢𝗥𝗜𝗔𝗡𝗢 𝗦𝗢𝗕𝗥𝗘 𝗟𝗔 𝗗𝗜𝗢́𝗖𝗘𝗦𝗜𝗦 𝗗𝗘 𝗤𝗨𝗘𝗥𝗘́𝗧𝗔𝗥𝗢.

El Excmo. Sr. Obispo D. Alfonso Toriz Cobián, al jurar patrona de la Diócesis de Querétaro, en Soriano Colón, Qro., el 18 de julio de 1969 y, tras obtener la proclamación y el reconocimiento del patronazgo, por parte de la Santa Sede (CONGREGATIO PRO CULTU DIVINO, Prot. n. 1536/69), ordenó que a partir de esa fecha, año con año, el 15 de septiembre, se renovase la fórmula del Juramento en todas las misas.

𝐹𝑂́𝑅𝑀𝑈𝐿𝐴 𝐷𝐸𝐿 𝐽𝑈𝑅𝐴𝑀𝐸𝑁𝑇𝑂 𝐷𝐸𝐿 𝑃𝐴𝑇𝑅𝑂𝑁𝐴𝑍𝐺𝑂 𝐷𝐸 𝐿𝐴 𝑆𝐴𝑁𝑇𝐼́𝑆𝐼𝑀𝐴 𝑉𝐼𝑅𝐺𝐸𝑁 𝐷𝐸 𝐿𝑂𝑆 𝐷𝑂𝐿𝑂𝑅𝐸𝑆 𝐷𝐸 𝑆𝑂𝑅𝐼𝐴𝑁𝑂 𝑆𝑂𝐵𝑅𝐸 𝐿𝐴 𝐷𝐼𝑂́𝐶𝐸𝑆𝐼𝑆 𝐷𝐸 𝑄𝑈𝐸𝑅𝐸́𝑇𝐴𝑅𝑂

Santísima Virgen María, Madre de Dios, que, al pie de la Cruz y en el Misterio de tus Dolores, fuiste designada Madre nuestra por tu Divino Hijo Jesús, la Diócesis de Querétaro, a la cual has dado tantas pruebas de amor maternal en tu maravillosa Imagen de Guadalupe, en la querida Imagen del Pueblito y en esta bellísima Imagen de los Dolores de Soriano, nosotros los que formamos el Clero y el Pueblo de Dios en esta Diócesis, te hemos elegido para que en adelante, como Patrona nuestra, extiendas sobre todos una singular protección.
Así lo significan las numerosas firmas con que lo hemos pedido y los muchos votos con que te elegimos.
En representación de cuantos forman la Diócesis, gobernantes y gobernados, solemnemente y delante de la Augusta Trinidad, de los ángeles y de los santos del cielo,
𝑻𝑬 𝑱𝑼𝑹𝑨𝑴𝑶𝑺 𝑷𝑨𝑻𝑹𝑶𝑵𝑨 𝑷𝑹𝑰𝑵𝑪𝑰𝑷𝑨𝑳 𝑫𝑬 𝑳𝑨 𝑫𝑰𝑶́𝑪𝑬𝑺𝑰𝑺 𝑫𝑬 𝑸𝑼𝑬𝑹𝑬́𝑻𝑨𝑹𝑶
y queremos que seas honrada en esta Imagen y Advocación con las prerrogativas que nuestra Madre la Santa Iglesia reconoce en quienes han sido proclamados Patronos.
Esperamos ahora con más confianza el remedio de las necesidades que nos afligen: la santificación de los sacerdotes y religiosos, la recta formación de nuestros seminaristas, la vida cristiana del hogar, la moralización de las costumbres y la conservación y aumento de la fe en
todos cuantos la recibimos en el Bautismo. Especialmente
encomendamos a tu solicitud a nuestros hermanos los campesinos, tan sufridos y que tanto te aman.
Te pedimos finalmente que, puesto que nos amas como Madre y nos gobiernas como Reina, nos protejas como Patrona, para llegar seguros al cielo, en donde alabaremos contigo a Dios eternamente. Amén.