EUCARISTÍA VISITA PASTORAL PARROQUIAL.

Chichemequillas El Marqués, Qro. 22 de mayo de 2019. 

El día 22 de mayo de 2019, Mons. Faustino Armendáriz Jiménez realizo la Visita Pastoral, en el Decanato San Pedro Apóstol, en la Parroquia San Felipe de Jesús, ubicada en Chichimequillas, El Marqués, Qro. con la bienvenida por el Párroco Pbro. Sergio Martínez Duarte y del Moderador del Consejo Parroquial quien le dirijo las siguientes palabras:  «Es una alegría tenerlo en nuestra parroquia, es una oportunidad de renovar nuestra fe, le reiteramos nuestro afecto y el deseo de seguir trabajando en la viña del Señor «, para posteriormente exponer  ante el Señor Obispo el caminar pastoral de la Parroquia, continuaron con la entrega y explicaron el Plan Parroquial de Pastoral, Misión Joven, Comisión de Comunicación y avances de la Casa Pastoral Social.

Por la tarde a las 5:00 hrs, se  tuvo un encuentro con los jóvenes  y dar así paso al Visiteo Misionero en el Sector Chichimequillas y al termino del visiteo se compartieron experiencias, de los momentos vividos y continuar  con la celebración de la Sagrada Eucaristía, presidida por Mons. Faustino Armendáriz Jiménez y concelebrada por los Sacerdotes del Decanato de San Pedro, y por el Pbro. Rogelio Olvera Vargas Vicario Episcopal de Pastoral,  al  inicio de la celebración  Mons. Faustino les dijo:»Hermanos hemos vivido una jornada pastoral, donde hemos experimentado la presencia del Espíritu Santo, porque solamente con su ayuda podemos iluminar y orientar los caminos de la Evangelización; agradecemos a Dios la posibilidad de vivir este encuentro fraternal, en esta parroquia de san Felipe de Jesús, cada un ponga en el altar lo que Dios le ha dejado hoy en este día, como una accionen de gracia, como una súplica, como un perdón, iniciemos nuestra celebración pidiendo a Dios por esta parroquia de san Felipe de Jesús, por todas las familias y especialmente por todos los enfermos  que hay en ellas».

Dentro de la celebración en el momento de la Homilía  Mons. Faustino exhorto diciendo: “Muy queridos hermanos estamos celebrando esta visita pastoral en el marco de la celebración del Año Jubilar Mariano, por los cincuenta años del patronazgo de Nuestra Señora de los Dolores de Soriano, patrona de la Diócesis de Querétaro.

Este acontecimiento y esta celebración nos ha ayudado mucho, no solamente para impulsar la veneración a nuestra Patrona Diocesana, sino también nos ha dado fortaleza espiritual, para seguir realizando lo que Dios nos pide, la Evangelización. Celebrar el Año Jubilar Mariano significa realizar una serie de eventos, sí, ganar la indulgencia en la celebración de la Santa Misa de los días quince y en la celebración de las festividades de nuestra madre del cielo, la Santísima Virgen María, como la fiesta de Nuestra Señora de Fátima que acabamos de pasar. También las peregrinaciones que ya hemos hecho y seguiremos haciendo a la Basílica de Nuestra Señora de los Dolores de Soriano, sea a pie o sea a través de alguna otra manera en que podamos transitar hacia allá.

Todo esto pues, creo que tiene que iluminar lo que estamos haciendo en la parroquia, en la diócesis. Siempre tener presente que María está mirándonos, siempre tener presente que nos tenemos que dejar mirar por la Santísima Virgen María; y dejarse mirar por María significa abrir el corazón a su Hijo Jesucristo, de tal manera que su intercesión pueda dar muchas bendiciones en tu vida personal, en tu familia.

Hoy escuchamos la Palabra de Dios y cuanto nos ilumina en todo este quehacer que necesita la fuerza de Dios, de la sabia de Dios, del alimento de Dios, pero no debemos quedarnos encerrados con ella, sino tenemos que compartir. Me gusto mucho cuando el apóstol Pablo y sus acompañantes comentaban a los demás lo que Dios había hecho en el corazón de los paganos, como se convertían, no por su predicación, sino por la Palabra de Dios. Esta es la herencia, esta es la tarea y este es el mandato de Jesús, salir a la misión sin excusa ni pretextos, como ustedes lo han hecho hoy.

A San Pablo nadie lo detuvo, ni las criticas del interno de su propia comunidad y mucho menos la resistencia de aquellos a los cuales iba a evangelizar. Las dificultades que paso no es algo figurado, son reales, tuvo naufragios, lo quisieron apedrear, lo insultaron, lo difamaron, esa es la factura que tiene que pagar el misionero, porque el misionero tiene que salir de su zona de confort; San Pablo pudiera haberse quedado en Jerusalén predicando, era muy grande Jerusalén para aquel tiempo, orientando, haciendo algunos talleres misioneros para que fueran otros, o rezando por ellos, tantas cosas pudiera haber hecho San Pablo, sin embargo San Pablo salió.

Gracias por este testimonio de Parroquia misionera, eso es lo que tenemos que hacer, es hermoso encontrarnos en la calle y mirar como cada quien entra en un lugar y más allá de eso entra en el corazón de las personas y eso ¿por qué? Me gusto mucho la Adoración Eucarística, que dirigió el padre Silvestre antes de salir al visiteo y la oración que hizo para que Dios protegiera a los misioneros, para que Dios nos de la audacia de recorrer estos caminos. Seguimos tímidos para llegar a las casas, pidámosle al Espíritu Santo que nos quite cualquier miedo y timidez, pero también pidamos testimonios valientes, estaba un niño de dos años que iba con sus papás, tocando la puerta, y gritaba ¡ábranme! Y tan emocionado estaba el niño que empujo la puerta y se fue de boca en boca, porque estaba abierta la puerta.

Hay muchos signos, los rostros de aquellos que nos abren la puerta, a veces inicialmente, son de desaprobación y al final quedan testimonios como terminamos juntos orando tomados de las manos junto con los niños, los niños entienden y los niños repiten la oración que hacemos en la conclusión de nuestro visiteo.

Creo que si nuestras parroquias, retoman la practica misionera es el mejor camino que nos garantiza la salvación de las almas, porque la misión siempre llevara a la comunión y a las pequeñas comunidades; he visto los frutos de las pequeñas comunidades, ustedes son un ejemplo, porque las pequeñas comunidades generan agentes de evangelización. He hablado esta tarde con el padre Silvestre y el padre Noel y la verdad les he compartido mi beneplácito por esta tarea que están haciendo, tarea evangelizadora en los doce sectores y el hecho de que haya un sector para jóvenes y adolescentes creo que es un ejemplo que al menos en el decanato deberíamos de seguir y deberíamos de compartir.

Sin duda quiero exhortarles a seguir adelante y que nadie los detenga en esta tarea misionera, que siempre haya quien ore por la misión, hoy les toco a los hermanos que se quedaron en el acto eucarístico y sin duda esa oración que nos compartió el padre Silvestre nos fortaleció, no es pura práctica.

Hoy en el Evangelio aparece esta alegoría, que es una parábola, continuada de la vid y los sarmientos. En la amistad podemos estar lejos, pero estar unidos, en la relación con Dios, tenemos que estar también unidos, no lo vemos como no vemos a un amigo, y sin embargo estamos unidos, y ¿cómo nos pide Jesús hoy, que estemos unidos con Dios?, como la vid a los sarmientos, el tronco a las ramas, si se corta una rama y se separa del tronco ¿Qué pasa? -se seca; hermanos no basta hacer mucho ruido, no basta decir quiénes somos, detrás de todo ese ruido y de todo ese quehacer tenemos que garantizar todo lo que hacemos con la unión con Cristo. Alguien me preguntaba ¿de dónde saca energía para andar así? Pues yo apunto al cielo, no hay otra explicación, Dios te da la energía, la unión de las ramas al tronco es fundamental; por eso el lema que ustedes tienen es hermoso: “parroquia en oración, parroquia misionera” O sea, la misión, la evangelización, el centro social, la liturgia, los monaguillos, los coros, todo tiene que pasar primero por parroquia en oración, por la oración. Hermanos que esta parroquia continúe como ustedes han labrado este tema, para construir el cuerpo de Cristo que somos todos y donde la cabeza sea Él, siga siendo Él.

En la Eucaristía como hoy lo experimentamos, al inicio y al final con la bendición, siga siendo nuestro punto de partida, que sea eso lo que te de la fuerza que te haga cargar las pilas todos los días para salir a tu trabajo, para formar a tu familia, para afrontar los desafíos que tienes en casa; nos tocó visitar varios hogares, me gusto mucho la actitud de una testigo de Jehová, me he encontrado con muchos, y la mayoría son con cara de fuchi, de “ya vete”, esta no, nos recibe con una sonrisa y lo único que cambiara era “tanto amo Jehová al mundo…” y nos animamos mutuamente, a seguir meditando la Palabra de Dios, a seguir en las cosas de Dios, a conocer más a Dios, a compartirlo a los demás, a ser buenos ciudadanos con nuestra conducta, a ser buenos creyentes con nuestro testimonio. Cada una de las casas que fuimos visitando nos muestra el rostro de la realidad,  en una de ellas me encontré a una adolescente cuidando a sus hermanitos, porque seguramente sus papás estaban trabajando, como quiera con timidez y miedo nos recibieron y al final todos los niños, eran cuatro, terminaron rezando juntos, después de estar atentos a escuchar el mensaje, para eso es la misión, por supuesto ninguno de los que les he enumerado viene a Misa, ninguno, quedaron de ir a la casa del Señor, de venir a Misa, una señora nos dijo con toda honestidad “yo voy de cuando en cuando”, que será eso? La verdad no sé, o sea, cada quince años, cada que hay una boda, “de cuando en cuando” -como quiera al darle el mensaje siempre hay algo que se mueve en el corazón de las personas y que se refleja en el rostro. Esa es la experiencia de la misión, por eso vale la pena salir, un visiteo significativo de hora y media no importa, el signo es importante; algunos definen el signo como algo percibido por los sentidos, nos remite a algo que significa, es decir, ¿qué significado tiene que un misionero católico vaya a una casa?, ¿Cuánto significado? Y muchos lo ven, pero sobre todo lo ve Dios, significa que esta comunidad se preocupa por los que no vienen, que esta comunidad se preocupa por aquellos niños que dijeron que no vienen al catecismo, se preocupa por aquella familia que tiene bebé y no lo ha bautizado, “a ver cuándo” me dijeron, se preocupa por aquella pareja que encontramos y que no esta casada por la Iglesia, se preocupa por ese hermano testigo de Jehová que vive en tu parroquia, es signo, es importante.

Que el Señor pues nos ayude a ser signos de su amor, sacramentos de Dios en la comunidad y que podamos contar como lo hacia San Pablo, como la Palabra de Dios convierte el corazón de los hermanos, que podamos decir que hacemos lo que hacía Jesús, yendo de aldea en aldea, como encontramos al invidente, a la niña limitada de sus movimientos, una amiga especial, aquel joven en fase terminal, aquel señor invidente, ¿cómo encontramos a todos esos enfermos? ¿Cómo? En la misión.

Que el Señor siga bendiciendo esta parroquia para que sigamos atendiendo a los hijos de Dios, aquellos hogares que están esperando un misionero, aquellos hogares donde Dios nos pone para ir; yo vi muchos misioneros visitando, pero pocos hablaron, no les de pena compartir su experiencia, saben que esto alimenta a otros para ser misioneros. Por eso seamos valientes para compartir lo que nosotros experimentamos cuando somos hijos del amor de Dios, yendo a la misión.

Que continúen adelante con esta hermosa estructura pastoral que es todo un proceso, lo comentaba con el padre y ya dábamos una explicación de que tenemos que caminar juntos en un proceso, en un camino en el cual la comunión, los acuerdos, la fraternidad y el Evangelio nos van impulsando a ser mejores ciudadanos y cristianos católicos.

Termino pidiéndole a nuestra madre, Nuestra Señora de los Dolores de Soriano su bendición, su intercesión para cada uno de ustedes como familia, como agentes comprometidos de la pastoral, con nuestros sacerdotes que a lo largo de años se gastan y desgastan por la comunidad, por cada uno de ustedes que generosamente van dejando la huella del amor de Dios en estos caminos parroquiales de evangelización y la misión, que nuestra Señora los bendiga y ella les siga protegiendo para realizar las tareas de su hijo Jesucristo. Que así sea».

Al terminar la celebración eucarística, Mons. Faustino les dio la bendición y agradeció su participación y entusiasmo en este visiteo misionero y les invito a continuar.