ENCUENTRO DIOCESANO DE PEQUEÑAS COMUNIDADES «SINE»

Cerro Blanco Sn, Centro, Querétaro, Qro., 10 de agosto de 2019.

El día 10 de agosto de 2019, Mons. Faustino Armendáriz Jiménez, Obispo de la Diócesis de Querétaro, presidió la Celebración Eucarística del Encuentro Diocesano de Pequeñas comunidades “SINE”, en el Salón del Sindicato de Trabajadores al Servicio de los Poderes del Estado, ubicado en Cerro blanco Sn. Centro Querétaro, Qro. en la cual les compartió diciendo: “Los encuentros son para orientar y fomentar la espiritualidad de comunión, que nos pide el Plan Diocesano de Pastoral, sin embargo, debemos crecer en la conciencia de dar; la única manera de fortalecer todas las pequeñas comunidades es vivir la comunión, en nuestra comunidad parroquial y ser testigos ante los demás”.

Al inicio de la celebración les dijo: “Hermanos les invito a orar unos por otros por otros, a elevar nuestra caridad al cielo y a orar por todas las pequeñas comunidades de nuestra diócesis de Querétaro. Si hay un fermento eficaz en quien confiar en la Iglesia son ustedes, las pequeñas comunidades, si hay alguien que tome en serio el Evangelio, la Palabra de Dios y la misión son las pequeñas comunidades, porque ustedes son fuente de espiritualidad, son fuente de misión, son fuente de santificación, siempre hay compromiso que implique un corazón bueno, un corazón que lucha, un corazón que sufre, por eso pidamos unos por otros, porque la lucha tiene que ser continua, una pequeña comunidad no tiene por qué desintegrarse, una pequeña comunidad tiene un sueño de fortalecerse, esa es su meta, nunca deshacerse, se deshace cuando no hay oración ni espiritualidad, por eso oremos a Dios, sabiendo que tenemos una gran tarea, una gran responsabilidad, sabiendo que de las pequeñas comunidades depende la misión. Iniciemos nuestra celebración elevando a Dios nuestra oración y pidiendo por cada uno de nosotros para que purifique nuestro corazón perdonando nuestros pecados”.

En el momento de la Homilía les compartió diciendo: “Miembros de las pequeñas comunidades de nuestra Diócesis de Querétaro que sin duda al hacer presencia en este encuentro diocesano viven el compromiso de experimentar la comunión y vienen a compartir lo que tienen porque hay gente en las pequeñas comunidades que tienen mucho que compartir, antes que venir a recibir ustedes tienen mucho que dar. Los encuentros son para orientar y fomentar la espiritualidad de comunión que nos pide el plan diocesano de pastoral, sin embargo, debemos crecer en la conciencia de dar; la única manera de fortalecer todas las pequeñas comunidades es vivir la comunión en nuestra comunidad parroquial y ser testigos ante los demás.

Hoy celebramos a San Lorenzo mártir, un hombre al servicio de la Iglesia como diácono y que, por profesar su fe en Jesús, fue aprehendido junto con el Papa Sixto II, dándonos esto a entender que un santo nunca muere solo, que quien camina hacia la santidad va acompañado y en compañía es mejor afrontar los desafíos y riesgos que tiene el profesar con seriedad la fe cristiana católica.

Sin duda ustedes han experimentado la tentación de dejar la pequeña comunidad, de dejar el compromiso de lado y de ser como muchos que viajan solos por el mundo y que tan fácil es doblegarse espiritualmente cuando se está solo, lo es para nosotros los consagrados y sin duda lo es para ustedes laicos,  un laico que camina solo está en peligro, un sacerdote aislado está en peligro, cualquiera de nosotros si no camina en comunión que tan fácilmente se desorienta y cae, porque se debilita, siempre la comunión fortalece y seguramente Sixto II, el Papa, le dio fortaleza a San Lorenzo y san Lorenzo al Papa, asesinaron primero al Papa Sixto II y a San Lorenzo lo dejaron vivo para que entregara los bienes de la Iglesia que decían que tenían. Y san Lorenzo acepto entregarles los bienes, y fue por los tesoros de la Iglesia y regreso y cuando estuvo delante del tirano emperador le dice: “aquí está el tesoro de la Iglesia” y le trajo un buen número de pobres, esta es la riqueza de la Iglesia, los pobres, porque a ellos hemos ayudado, a ellos consagramos la vida, a ellos hemos compartido lo que tenemos, esa es la riqueza de la Iglesia y después lo martirizaron y de una manera cruel, sobre una parrilla y ese es el signo del martirio de San Lorenzo. Sin embargo, con la valentía propia del que está dispuesto a sufrir la ignominia a causa de Jesucristo, a causa de nuestra fe, cuando ya estaba cocido de un lado le decía voltéate para el otro. Estos son los santos y esta es nuestra oración dice San Pablo, y los santos por tanto caminan juntos, viven la comunión, viven la comunidad. Cuando ustedes quieran que alguien les convenza y les motive a vivir la vida cristiana pregúntense y pregúntele si vive en comunidad, cuando alguien les habla muy  bonito, pregúntense si el que les habla vive la comunidad, porque desde la comunión y desde la pequeña comunidad es más fácil compartir tantas experiencias que se viven juntos, sin duda al reflexionar esta mañana en la espiritualidad de comunión y analizando diferentes elementos que tiene la pequeña comunidad para vivir, subrayo algunos nada más, subrayo la oración y la Palabra de Dios, una pequeña comunidad se alimenta de la Palabra de Dios y no de otra cosa, una pequeña comunidad se fortalece con la Palabra de Dios, y aunque los integrantes no sean amigos, la Palabra de Dios une, y seguramente los va a hacer amigos, no solamente porque se confían cosas muy personales, sino que se comparte la vivencia a la luz de la Palabra de Dios en la vida ordinaria, en la vida de todos los días. Cuando compartimos en pequeña comunidad nos damos cuenta de que todos somos pecadores porque alguien se siente tan pecador que no quiere hablar de las cosas de Dios, alguien se siente descartado porque su historia es una historia que siente indigna, sin embargo, para Dios no, para Dios todos somos dignos.

El ingrediente fundamental que se necesita dominar es la humildad, la humildad que genera confianza a los demás, pero siempre la Palabra de Dios fortalecerá en lo que la pequeña comunidad necesita para crecer, por eso la pequeña comunidad no debe estar en un nivel que no la deje crecer sino que la pequeña comunidad debe crecer de tal manera que cada vez tiene que tener más testimonio, más compromiso y debe ser más misionera, y generar misioneros, no basta que la  pequeña comunidad vaya a la misión es necesario que la pequeña comunidad con su testimonio genere misioneros, motive a otros para vivir la pequeña comunidad, aliente a otros hermanos y les diga con su testimonio que esto no es para algunos cuantos, es para todos los bautizados, por eso la pequeña comunidad es fuente de misión y fuente de comunión.

Uno de los lineamientos para favorecer la espiritualidad de la pequeña comunidad es sin duda la oración, la comunidad que ora, como la familia que ora, permanece unida, familia que reza permanece unida, la comunidad que ora se fortalece en la comunión.

Hoy Jesús en el Evangelio nos invita a vivir la experiencia del grano de trigo, no solamente personalmente, sino en comunión, el grano de trigo para que dé fruto necesita morir, el grano de trigo para que dé fruto necesita ser enterrado, el grano de trigo solamente da fruto pasando por ese proceso, un proceso de renuncia a sí mismo, sin duda nosotros tenemos en algún momento de morir a la soberbia, de morir a las envidias,  de morir a las habladurías que tanto mal, dice el Papa Francisco, hacen a la comunidad al grado que los comentarios en contra de otra persona se convierten en una especie de terrorismo espiritual. La pequeña comunidad sea para cada uno de  nosotros un lugar de donde agarrarnos, algo que Dios ha puesto en nuestra vida para que realmente crezcamos, crezcamos en la fe, crezcamos en el amor, crezcamos en la esperanza, por eso este día por la intercesión de San Lorenzo aprendemos que vale la pena ser santos acompañados de otros, que vale la pena salvarse acompañado de otros, que no vale la pena vivir aisladamente una espiritualidad que no es auténtica espiritualidad, porque la auténtica espiritualidad se genera cuando se vive con otros, al cielo no vamos solos sino acompañados de muchos, ojala la pequeña comunidad aspire a encontrarse en el cielo, a seguir haciendo la pequeña comunidad en el cielo, por eso que esto sea un signo de lo que queremos, en el cielo estaremos felices contemplando a Dios, en la pequeña comunidad podemos vivir esa felicidad, porque nos une y nos reúne el Señor.

Tenemos entre nosotros la imagen de Nuestra Patrona Diocesana, ella que nos da testimonio, porque seguramente estuvo entre ustedes, ella que como dice el Papa San Juan Pablo II, ella camino en los inicios de la primitiva comunidad al frente de la Iglesia, al frente de los apóstoles, ella que sabe de comunidad interceda por cada uno de nosotros; hermanos les invito a subrayar especialmente en este año, el año jubilar mariano a que María este como una integrante de ustedes en la pequeña comunidad, y que en este año jubilar aprendamos de Nuestra Patrona Diocesana de tal manera que con nuestra fe en su intercesión también la pequeña comunidad se fortalezca, al celebrar este año jubilar mariano, también los invito a que los papás, los abuelos, compartan esta hermosa advocación de Nuestra Señora de los Dolores de Soriano como Patrona Principal de Nuestra Diócesis, con sus hijos, con sus jóvenes, con sus niños, que ellos aprendan a venerar a María de tal manera que ella sea el punto de referencia para llegar a Jesús.

En estos días los sacerdotes quisimos dar testimonio de ese amor a Nuestra Patrona Diocesana yendo en peregrinación a la Basílica de Nuestra Señora de los Dolores, seguiremos yendo cada año, ¿por qué? Porque ustedes nos enseñan a ser peregrinos, porque ustedes nos dan testimonio de ser peregrinos, porque ustedes laicos nos dicen como ser peregrinos, y una manera de venerar con el ingrediente del sacrificio, porque se necesita sacrificio y alegría para ser peregrino, es caminar, peregrinar orando, peregrinar compartiendo, peregrinar en comunión que son signos también de una comunidad, de una pequeña comunidad.

No se les olvide el día 31 de octubre a las 6 de la tarde, están todos invitados, en el estadio Corregidora como culmen de este año Jubilar Mariano, no como final, porque el final es en febrero, sino como culmen y conmemoración de su nombramiento como Patrona de Nuestra Diócesis de Querétaro el día 31 de octubre a las 6 de la tarde, María está cerca de nosotros, ahora ella nos convoca a estar nosotros con ella. Decimos todos, amén”.

Al Terminar la celebración Mons. Faustino les dio la bendición y los invito a la Magna celebración del día 31 de octubre como culmen de este Año Jubilar Mariano.