DESCRIPCIÓN DE LA IMAGEN DE NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES DE SORIANO.

𝗗𝗘𝗦𝗖𝗥𝗜𝗣𝗖𝗜𝗢́𝗡 𝗗𝗘 𝗟𝗔 𝗜𝗠𝗔𝗚𝗘𝗡 𝗗𝗘 𝗡𝗨𝗘𝗦𝗧𝗥𝗔 𝗦𝗘𝗡̃𝗢𝗥𝗔 𝗗𝗘 𝗟𝗢𝗦 𝗗𝗢𝗟𝗢𝗥𝗘𝗦 𝗗𝗘 𝗦𝗢𝗥𝗜𝗔𝗡𝗢.
𝑃𝑅𝐼𝑁𝐶𝐼𝑃𝐴𝐿 𝐶𝐸𝐿𝐸𝑆𝑇𝐼𝐴𝐿 𝑃𝐴𝑇𝑅𝑂𝑁𝐴 𝐷𝐸 𝐿𝐴 𝐷𝐼𝑂́𝐶𝐸𝑆𝐼𝑆 𝐷𝐸 𝑄𝑈𝐸𝑅𝐸́𝑇𝐴𝑅𝑂
La Basílica de Soriano en Colón, Querétaro, guarda una escultura en madera, Imagen de Santa María en la escena de cuando junto a la cruz en que fue clavado y murió su hijo Jesús por cuyo motivo como amorosa madre, estaba llorando completamente adolorida, triste y afligida.
Lleva impresas en el rostro las huellas que le dejaron los siglos y las llamas del incendio del templo de su misión en Maconí. Tiene las manos entrelazadas ante el pecho en actitud que expresa su dolor. La corona imperial que ciñe sus sienes, le hace aparecer ahora un poco más alta que antes de ceñirla. No ha sido posible saber quién fue el artista que modeló imagen de tanta belleza, pero quien haya sido el escultor, debió tener por modelo alguna de esas imágenes de María de Los Dolores que abundan en el sur de España, principalmente en Sevilla, representa el rostro de una típica española y está trabajada con notabilísima delicadeza. Tienen un algo que está en la gracia de su cara, en lo grácil de su porte, en el garbo con que visten el manto y la corona. La cabeza levantada con la dignidad de una reina, está ligeramente vuelta a la izquierda. La expresión dolorosa lejos de restarle hermosura, añade un encanto particular a su semblante. Su expresión es de sereno pero profundo dolor.
Tiene afilada la nariz, levemente convulsos los labios y levantados los extremos internos de sus cejas, señales claras de cruel lucha. Sus labios son finos y presentan su boca suavemente entreabierta dejando entrever discretamente los dientes y la lengua proporcionados; y para acentuar la belleza encantadora del rostro, tiene la barba ligeramente partida. La mirada conjugada o complementada con la expresión del rictus de la boca, llora, habla traspasada de dolor. Las manos, sin la perfección anatómica de la cara, junto con la postura de los brazos, completan ‘la expresión doliente pero sublime de la majestuosa mujer asistida sobrenaturalmente por el espíritu que todo lo puede, sin que deje de sentir el natural dolor en la madre humana. Cesó el llanto pero todavía hay lágrimas en las mejillas.
La Imagen de Nuestra Señora de los Dolores es de talla de madera de la cintura para abajo está forrada con tela estofada sobre estructura de varillas de madera fijas sobre una tablilla pintada con barniz negro. Su tamaño es de sesenta y cuatro centímetros de la coronilla de la cabeza a la planta en que posa, esta escultura reúne la calidad con la sencillez en la expresión del rostro se admira al mismo tiempo la perfección técnica del imaginero escultor y la sensibilidad de su espíritu al producir el efecto que ha trascendido siglo tras siglo cuando se contempla ese esa mirada doliente, llorosa y tiernísima de la madre que ve padeciendo y muriendo a su hijo.