«AÑO VELAZQUEZ». 29 de febrero de 1915.

9 de febrero pero de 1915, Hace 105 años

«AÑO VELÁZQUEZ»


(Pbro. Francisco F. Gavidia Arteaga)
El 29 de febrero de 1915, obedeciendo una arbitraria orden de Gral. Álvaro Obregón, Jefe del Ejercitó del Noreste, redujo a prisión en el Palacio Nacional a 169 sacerdotes católicos con el objeto de que de inmediato le entregaran $500,000.00 para aliviar la aflictiva situación de hambre en que se encontraban las clases menesterosas de la capital.
Entre esos sacerdotes estaba el P. José Guadalupe Velázquez, que lo único que tenía era un alma grande de artista, puesto que toda su vida la vivió austera y modestamente, y por lo mismo estaba imposibilitado de dar nada material, y menos dinero del que careció siempre. Ante la negativa de dar al Gral. Obregón la cantidad solicitada, se les intimó a que de no hacerlo serían pasados por las armas. Hay que tomar en cuenta que para estas fechas el P. Velázquez tenía más de 60 años de edad y el exceso de trabajo de toda su vida había agotado su no robusta salud, y desde hacía varios años padecía del sistema nervioso lo cual le provocó una crisis de la cual no se recupero jamás. Al conocerse en amplios círculos sociales de la capital la grave situación que padecía el P. Velázquez, los mismos maestros del Conservatorio Nacional y algunos embajadores intervinieron ante Obregón para que artista tan connotado fuera puesto en libertad, lo cual a regañadientes aceptó el Gral. Álvaro Obregón, “El manco de Celaya”.
Después de doce días que estuvo recluso sufriendo las majaderías de aquella gente, el día que sus compañeros fueron deportados fuera de la República el padre Velázquez fue puesto en libertad. Algo chusco sucedió a la salida de su cautiverio cuando el carcelero con grandes voces grito desde afuera “José Guadalupe Velázquez: ¡a la reja!” Tembloroso y asustado al acercarse a quien lo llamaba le dijo: “aquí estoy señor, “¿qué ordena usted?” a lo que el guardián contesto: “traiga sus chivas y queda libre por orden superior”, Sorprendido volvió a preguntarle “¿Qué vamos a salir todos?” Contestándole “los demás no salen y no pregunte más, solo usted porque dicen que es gloria nacional”.