Saludo de Mons. Faustino Armendáriz a los asistentes a la Magna Celebración

SALUDO DE BIENVENIDA A LOS DIFERENTES SECTORES DE LA IGLESIA Y DE LA SOCIEDAD PRESENTES EN LA SOLEMNE CONCELEBRACIÓN EUCARÍSTICA EN ACCIÓN DE GRACIAS POR EL SESQUICENTENARIO DE LA ERECCIÓN CANÓNICA DE LA DIÓCESIS DE QUERÉTARO

Estadio “Corregidora”, Ciudad Episcopal de Santiago de Querétaro, Qro., viernes 7 de febrero de 2017
Año de la Pastoral Litúrgica ~ Año Jubilar Diocesano

Muy queridos hermanos y hermanas todos en el Señor.

Me alegro en el Señor de poder en esta tarde dirigir un saludo a cada uno de ustedes los aquí presentes y ofrecer una cordial bienvenida a esta Magna Concelebración Eucarística, mediante la cual, queremos agradecer a Dios, la vida de la Iglesia Diocesana a lo largo de estos 150 años de historia de salvación. Sabemos muy bien que “el Señor, ha estado grande con nosotros y por eso estamos alegres” (cf. Sal 126, 3). Como peregrinos en esta tierra, somos conscientes que nuestra vida está en las manos de Dios y que a nosotros toca colaborar con él, en la construcción del Reino de los cielos, “hasta que Cristo sea todo en todos” (1 Cor 15, 28).
Me complace poder saludar con afecto:

Al Excmo. Sr. Arzobispo Mons. Christophe Pierre, Nuncio Apostólico en México, a quien agradecemos su cercanía y su preocupación por hacer presente entre nosotros la persona de Su Santidad el Papa Francisco.

Saludo al Emmo. Sr. Cardenal José Francisco Robles Ortega, Arzobispo de Guadalajara y Presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano.

Saludo al Excmo. Sr. Arz. Alfonso Cortés Contreras, Arzobispo de León y Metropolitano de la Región Bajío.

Saludo al Excmo. Sr. Obispo Mario De Gasperín Gasperín, Obispo emérito de esta Diócesis, de quien reconocemos y valoramos la huella espiritual y pastoral, fruto de un gran celo apostólico e intenso trabajo pastoral.

Saludo a mis hermanos Arzobispos y Obispos aquí presentes, gracias por su presencia y compañía que nos confirma en la comunión y en la colegialidad.

También a cada uno de los Sacerdotes y Diáconos de esta querida Diócesis y a quienes nos acompañan de otras Iglesias particulares. Son ustedes los pastores que realizan una invaluable tarea y provocan un dinamismo crecientes en nuestras comunidades.

Saludo a cada uno de ustedes jóvenes seminaristas de nuestro Seminario Conciliar; y a quienes se forman en las diferentes casas de formación; no tengan miedo de seguir mostrando la alegría de haber respondido a la llamada del Señor, a su elección de amor, y de testimoniar su Evangelio en el servicio a la Iglesia.

Aprecio la presencia de cada uno de los miembros de la Vida Consagrada, tanto masculina como femenina, quienes con celo misionero han estado presentes desde los inicios de la evangelización de estas tierras. Envío un saludo cordial, a través de los medios de comunicación social, a las hermanas de Vida Contemplativa quienes fortalecen la vida de nuestra Iglesia con su oración y su contemplación.

Saludo las autoridades civiles y políticas que nos acompañan:

Al Lic. Jorge López Portillo Tostado, Secretario de Gobierno y representante del Sr. Gobernador del Estado de Querétaro, el Lic. José Cazada Rovirosa y a su distinguida esposa Sra. Lourdes Alcántara de López Portillo.

A la Sra. Sandra Albarrán de Calzada, esposa del Sr. Gobernador de Querétaro y Presidenta del Sistema Estatal DIF.

Al Lic. Miguel Márquez Márquez, Gobernador Constitucional del Estado de Guanajuato y a su distinguida esposa la Sra. María Eugenia Carreño de Márquez.

Al Lic. Mariano Palacios Alcocer, Embajador de México ante la Santa Sede y a su distinguida esposa la Sra. Ana María González de Palacios. Gracias por honrarnos con su presencia y por todas sus atenciones.

A la Sra. Lucy Huber de Loyola, esposa del Sr. Presidente Municipal de Querétaro y Presidenta del Sistema Municipal DIF.

Así también, saludo a los Señores y Señoras Presidentes Municipales del Estado de Querétaro y del Estado de Guanajuato aquí presentes.

Saludo a los diferentes Medios de Comunicación Social aquí presentes, gracias por su tarea al servicio del Evangelio y del anuncio de la Verdad.

Aprovecho para enviar un saludo a quienes se unen a esta celebración a través de la radio, la televisión o el internet. De manera especial saludo a los enfermos y a quienes por alguna dificultad física, personal o material no han podido estar presentes.

Saludo con gran aprecio a cada uno de ustedes queridos laicos y miembros de los diferentes Movimientos, Asociaciones y Comunidades Parroquiales; considero que esta fiesta no sería lo mismo sin su invaluable presencia, ya que “Su misión propia y específica se realiza en el mundo, de tal modo que con su testimonio y su actividad contribuyen a la transformación de las realidades y la creación de estructuras justas según los criterios del Evangelio” (DA, 210). Me alegra poder ver este mosaico hermoso, formado por cada uno de ustedes, quienes en la vida cotidiana de sus Comunidades, y en los diferentes sectores de la sociedad, viven su compromiso cristiano y que, guiados por la Palabra de Dios y el Plan Diocesano de Pastoral, recorren los caminos de la Misión como discípulos – misioneros, “anunciando junto con sus pastores, la Buena Nueva del Evangelio, hasta los últimos rincones de la tierra” (cf. Mt 28, 19-20), respondiendo con generosidad a la exigencia de la Nueva Evangelización.

Queridos hermanos y hermanas, celebramos esta acción de gracias, reconociendo el paso de Dios en medio de nuestro pueblo, en nuestra historia diocesana, a través del incansable trabajo de mis ocho predecesores; sin duda que cada uno de ellos, supo asimilar las mociones del Espíritu, plasmando en cada uno de los períodos por los que la Diócesis ha caminado, su huella pastoral y paternal; en estos tiempos que vivimos nosotros, podemos decir con la firme esperanza en Jesucristo, que a nosotros toca hoy, continuar ofreciendo a las jóvenes generaciones, la luz de la fe y la esperanza cristiana, asumiendo un compromiso con el hombre y con todos los hombres, con la sociedad y sus diferentes sectores, con la cultura y con sus desafíos. Por tal motivo, queremos afianzar nuestro compromiso bautismal para llevar a todos “La alegría del Evangelio que llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús” (cf. Exhort. Apost. Evangelli Gaudium, 1). Somos conscientes que la Nueva Evangelización nos apremia y que solamente “Llegamos a ser plenamente humanos cuando somos más que humanos, cuando le permitimos a Dios que nos lleve más allá de nosotros mismos para alcanzar nuestro ser más verdadero. Allí está el manantial de la acción evangelizadora” (Exhort. Apost. Evangelli Gaudium, 8). Por eso, en la Diócesis de Querétaro confirmamos hoy nuestro compromiso con la Misión Permanente, mirando responsablemente un futuro pleno de esperanza.

Sabemos muy bien que la Santísima Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, a lo largo de todos estos años, siempre ha estado con nosotros. Hoy, le decimos suplicantes: “Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo”.

Sean todos bienvenidos a esta celebración gozosa, donde Jesucristo, el Señor de la historia, se hace presente en medio de nosotros.

† Faustino Armendáriz Jiménez
IX Obispo de Querétaro