PALABRA DOMINICAL: X Domingo del Tiempo Ordinario.

Mc 3,2

La Nueva Familia de Jesús

Un vínculo más grande que la carne y la sangre.

 

Decían que se había vuelto loco.

La actividad y mensaje de Jesús ha empezado a entenderse por el pueblo: “acudió tanta gente, que no los dejaban ni comer”. Sin embargo, no todos ven con buenos ojos estas enseñanzas; el relato de hoy menciona dos reacciones ante la propuesta de Jesús, una mayoritaria, de simpatía, y otra de rechazo. Para un grupo reducido identificado como los ‘parientes’ supone una locura. La semana pasada escuchábamos cómo Jesús a osado negar la valides de las instituciones tradicionalistas: “el sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado”. La forma novedosa y liberadora del evangelio es inaudita e inaceptable para algunos círculos pues se sienten amenazados y temerosos de perder el control manipulador por eso quieren neutralizar y al mismo tiempo justificar su propia postura aplicándole la etiqueta de loco.

Decían: Este hombre está poseído por satanás.

Ante esta nueva y radical forma de vida y la simpatía que despierta entre el pueblo (3,20) La reacción desde el centro del poder es inmediata, la cúpula intelectual que también se siente amenazada quiere neutralizar el peligro, y sin una remota intención de investigar ni dialogar con Jesús, comienza a operar su estrategia: la desacreditación por medio de la difamación, a la afirmación de sus parientes: “está loco” los letrados añaden un juicio teológico: “está poseído”. No ofrecen ninguna prueba de sus dichos solo les interesa destruir sembrando una duda calumniosa, es un ataque directo a la persona de Jesús, según ellos su actividad está dirigida por las fuerzas del mal; por tanto, es un enemigo de Dios. Se le acusa de magia, es decir, de ilusionista, sus dichos solo son palabras bonitas, pero fuera de la realidad.

¿Quién es mi madre y quienes son mis hermanos?

Ante la incomprensión y difamación Jesús propone la formación de una comunidad, una comunidad de hermanos que comprendan y compartan los objetivos e ideales del Evangelio, por eso el evangelio utiliza la figura familiar pues la familia debería tener objetivos comunes. Está claro que el objetivo de Jesús es ofrecer una forma de vida liberadora que lleve a la plenitud a cada ser humano. Sus familiares parecen rechazar este objetivo, por eso Jesús presenta una opción entre dos vínculos: el natural de la sangre y el libre creado por la adhesión. No duda un momento y rompe con los que rechazan su programa. Para Jesús el vínculo creado por la adhesión es más fuerte y verdadero que los de la sangre. La relación de Jesús con sus seguidores es de intimidad, amor, solidaridad. ‘madre’ denota afecto ‘hermano’ afecto e igualdad.

El que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre.

Es Interesante la enumeración hecha por Jesús: ‘mi hermano, mi hermana y mi madre’ pues está es más amplia que las anteriores (que solo mencionan madre y hermanos) además de la inversión poniendo en primer término la hermandad, resaltado así la igualdad. Se incluyen todas las relaciones familiares que no implican dependencia (nótese que no se menciona la figura de padre representante de la autoridad familiar). Así Jesús, que es el centro del grupo (estaban sentados a su alrededor), no se atribuye superioridad ni ejerce dominio. Sus seguidores unidos a él por un vínculo de adhesión y amor forman una nueva familia con un vínculo más fuerte que el de la carne y la sangre. El Vínculo de la Fe y la Confianza en la nueva propuesta de vida.

Es verdad que siempre habrá voces desalentadoras que intenten difamar y neutralizar el Mensaje Evangélico; Jesús no hace una apología, sino que por el contrario ofrece un espacio donde impere la igualdad y la confianza para discernir y juntos como familia luchar por los Objetivos comunes: Una vida libre y plena, ese es en esencia el Reino de Dios.

Sé muy bien que hoy, sobre todo nuestros jóvenes, frecuentemente se ven confundidos y desalentados por aquellos que buscan descalificar el modo de vida cristiano. Jesús nos ha mostrado que el método no es la confrontación ni mucho menos una actitud reaccionaria a todo aquello que nos descalifica. Por el contario Jesús propone hacer comunidad, iglesia, familia.

Sin intentar hacer una apología de la fe, quiero invitarlos a hacer comunidad, porque eso es ser Iglesia, hacer una comunidad de hermanos donde juntos e iluminados por la Palabra de Dios busquemos realizar los anhelos más profundos de nuestro corazón; para que nuestros pueblos en Él tengan vida. Amén.