Jesús se ha hecho presente en nuestra historia

III DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
Mc. 1, 14-20

Tras el anuncio del Reino, lo primero que hace Jesús es buscar colaboradores; no escoge profesionales de la religión de ese tiempo, sino simples trabajadores, muchos de ellos pescadores, llamados en medio de su tarea de echar o remendar redes.

Jesús toma la iniciativa y se acerca a la historia de cada uno de los que colaboraran con el, y se hace presente en su realidad de pobreza, de agobio cotidiano, de sufrimientos y de alegrías; la llamada puede surgir en cualquier lugar. El episodio se ubica a la orilla del lago y donde los hombres estaban entregados a su trabajo. Ningún escenario sagrado para la llamada de los primeros discípulos, simplemente el paisaje del lago y el fondo de las duras tareas cotidianas.

La llamada de Dios llega en nuestro entorno corriente, en el puesto de trabajo, en medio de las tareas diarias; allí les elige, seguramente con sus debilidades, pero también con sus capacidades, por humildes que fueran. Afortunadamente el Señor no elige a los preparados sino que prepara a los que elige.

Jesús es el que llama, no actúa como los demás rabinos de su tiempo, los cuales eran elegidos por sus discípulos, sino que es El quien los elige, les llama y les propone seguirle; un seguimiento a la manera del Antiguo testamento, donde seguir a Yahvé es contrapuesto a seguir a los dioses. Por ello la condición de Jesús para el discípulo es seguirle solamente a él. En cuantas ocasiones enseño a los discípulos que no se puede servir a dos amos, por ello la propuesta de entrar por la puerta ancha o por la puerta angosta. Condiciones que el discípulo debe discernir antes de decirle “si” al Señor, ya que en el seguimiento del Señor no se puede ni se debe vivir la vocación con ambigüedades. Se sigue ciegamente solo a Dios.

En algunas ocasiones, cuando hablamos de vocación o elección de Jesús pensamos en la vocación sacerdotal o en la vida consagrada; no se reduce a esta elección sino que la propuesta va dirigida hoy a todos los bautizados; por ello la referencia a todos lo hombres y mujeres sin excepción.

Al respecto, estamos agradecidos todos los sacerdotes y un servidor, por el retiro espiritual de Nueva Vida, un retiro de evangelización que hemos vivido con todos los sacerdotes, diocesanos y religiosos de nuestra comunidad diocesana en esta semana; retiro de tres días que fue impartido por un equipo de laicos que nos han compartido el testimonio de vida cristiana con entusiasmo y pasión, propios del discípulo misionero que vive permanentemente la experiencia de Dios y la comparte con la sencillez de las palabras pero también con la fuerza de su testimonio. Jesús se ha hecho presente en nuestra historia sacerdotal en estos días, en nuestra realidad como elegidos por el, y seguramente la respuesta será la misma de Simón y Andrés.

Esto es lo que pide el Señor a los elegidos, a todos, “echar las redes” hacia donde él nos diga, porque nos ha hecho “pescadores de hombres”; echarlas mar adentro, no sólo en la orilla en lo más fácil. Por ello asumimos el reto de la palabra de Dios: “esfuércense en consolidar su vocación y elección; si lo hacen así, no fracasaran” (2Pe. 2, 10).

† Faustino Armendáriz Jiménez
IX Obispo de Querétaro