Homilia de Mons. Rogelio Cabrera. Obispo de la Arquidiócesis de Monterrey.

Querétaro, Qro., a 2 de agosto de 2018.

El día 02 de Agosto de 2018,  Mons. Rogelio Cabrera, Obispo de la Arquidiócesis de Monterrey, presidió la Santa Misa, de la Asamblea Provincia Bajío, en donde se llevó a cabo el estudio y reflexión del PROYECTO GLOBAL DE PASTORAL (PGP). 2031-2033,  concelebran los Señores Obispos, Mons. Faustino Armendáriz Jiménez, Obispo de Querétaro, Mons. Alfonso Cortés Contreras, Arzobispo de León, Mons. Enrique Díaz Díaz, Obispo de Irapuato, Mons. ‎Benjamín Castillo Plascencia, Obispo de Celaya, siendo las 7:15 p.m. del primer día de trabajo.

Mons. Rogelio dentro de esta celebración Eucarística, en su Homilía les compartió diciendo:

Las reflexiones tienen que ser iluminadas por la palabra que acabamos de escuchar, siempre rica.  Hoy el Señor nos habla con tres figuras, tres bellísimas comparaciones aplicadas primero a Dios,  pero también aplicadas a su iglesia y a nosotros,  el alfarero,  la red y el escriba; tres comparaciones muy importantes y muy ricas,  Dios es el alfarero, Cristo es el alfarero, al oír este pasaje del profeta Jeremías inevitablemente nos fuimos hasta la creación de Adán la primera obra maestra de Dios, porque en la labor del artesano se conjuntan cosas grandes, cosas bellas.

Primero, el artesano trabaja con lodo,  no vale, no es importante, lo puede tirar, lo puede recoger, también el alfarero puede hacer con el lodo una obra maestra,  es un artesano, es un artista y como artesano y artista hace que lo que no vale tenga valor,  ¿Cuánto vale un lladro?  -muchos dólares;  de lodo llega esa obra de arte. Es lo que hace Dios, que lo que no vale,  Sí vale,   porque Dios lo convierte en una obra de arte, pero también ¿Cuál es la otra característica que hace el alfarero? -hace cosas frágiles y por eso deben ser cuidadas con mucho esmero; dirá San Pablo “somos vasijas de barro”, para que quede muy claro que la fuerza que hay  en nosotros no proviene de nosotros mismos,  sino del Señor, eso es aplicable a Dios. Pero también me atrevo a decir, que la iglesia comparte estas características artesanales del alfarero, tenemos que hacer que lo que no vale, valga muchísimo. Pero nunca olvidar nuestras fragilidades, que las tenemos muy cerca de nuestras vidas, pero que a pesar de todo eso vale la pena y debe siempre cuidarse.

La segunda comparación de la red, lo mismo, la red es un instrumento conformado de hilos que sueltos se rompen, pero qué tejidos se hacen fuertes y pueden recoger grandes cantidades de pescado, la red, la iglesia,  la diócesis, la parroquia ¿Que valemos cada uno solito?, ¿Qué fuerza tenemos cada uno de forma individual? –nada, el valor y la fuerza de la iglesia es porque es una red que puede soportarlo todo y por eso el Proyecto Global de Pastoral,  los Planes Diocesanos de Pastoral, lo que hacen en sus parroquias y movimientos tiene que ser para entretejer esta red que pueda soportar las inclemencias de la historia y la fuerza destructiva de la vida.

La tercera figura, también muy bonita es la del escriba, el escriba que es como el padre de familia que sabe sacar de su baúl cosas nuevas y cosas antiguas; es la capacidad de discernir, que también debe acompañar nuestro ministerio, nuestras Iglesias, cosas nuevas, cosas antiguas; realidades que deben permanecer, realidades que deben cambiar, pero pone Jesús en la comparación algo también importante, el escriba es, como un padre de familia que saca de su baúl cosas nuevas y cosas antiguas, pero también la característica de este escriba es un escriba experto en las cosas del reino, es esta figura también muy importante sus Obispos, ustedes los fieles laicos compartimos esta tarea de ser verdaderos escriban, siempre en discernimiento, siempre con la mirada atenta, siempre con la disposición de saber descubrir, ¿qué cosas deben permanecer y qué cosas deben cambiar?, ni aferrados  a un pasado inamovible que no lleva a nada, ni tampoco  entusiasmados por una modernidad que tampoco permite implantar el Evangelio.

Discernimiento, actitud que el Papa Francisco no ha invitado a todos a los fieles laicos, a ustedes hermanos sacerdotes, a nosotros obispos, discernir tarea necesaria, tarea urgente, así pues con esta de la belleza de la Palabra de Dios aproximarnos un poco a lo que hace él, el alfarero a la red que Dios teje y conforma su iglesia y a este escribano conocedor de las cosas del reino que sabe ser como un padre de familia que escudrilla,  que busca en su baúl y que sabe discernir qué cosas antiguas hay que cuidar y conservar Y qué cosas nuevas hay que ingresar las al baúl.

Y tenemos aquí siempre a la experta en humanidad, a la experta en eclesialidad; a la Virgen María a quién le pedimos por todas las iglesias, por todos los obispos, por ustedes los sacerdotes, que en este momento de emergencia pastoral, de emergencia social, necesitamos la compañía, la protección y las indicaciones de la Santísima Virgen María. Así pues vamos a hacer también nosotros buenos alfareros, vamos hacer escribanos inteligentes y no olvidemos que como iglesia somos una red que es fuerte por el Señor, pero también porque están los hilos perfectamente unidos y vinculados”.

Al terminar la celebración y antes de la bendición Mons. Rogelio, expresó su agradecimiento por la invitación para asistir a esta asamblea, y posteriormente les dio la bendición,  y la asamblea allí reunida le brindo un fuerte aplauso.