FIESTA PATRONAL PARR. SAN JUAN BAUTISTA, SAN JUAN DEL RIO, QRO.

Plaza de la Independencia # 1, Centro, San Juan del Río, Qro. 24 de junio de 2017.

Mons. Faustino Armendáriz Jiménez, Obispo de la Diócesis de Querétaro, presidio la Santa Eucaristía en honor a San Juan Bautista, santo patrono de la Parroquia del mismo nombre, y concelebraron varios sacerdotes que colaboran en las distintas comunidades pertenecientes al Decanato de San Juan Bautista, ubicado en San Juan del Rio, Qro,  en su Homilía  Mons.  Faustino les invito a seguir  el ejemplo de San Juan Bautista, cuya misión desde pequeño provoco alegría y a tener la sensibilidad de descubrir en el día a día la presencia de Jesús, como el Cordero de Dios. Al respecto les compartió:    

“Saludo a toda esta comunidad de San Juan del Rio en este ambiente festivo, por la celebración de San Juan Bautista,  saludo a  mis hermanos sacerdotes,  en esta comunidad de San Juan del Rio, y  a cada una de las comunidades que el Señor les ha encomendado para realizar su tarea misionera.

Hoy San Juan del Río, está de fiesta, y precisamente en este día  de la Solemnidad de San Juan Bautista,  y que bueno que al celebrar refleje en nosotros la devoción la fe al Señor desde hace muchos años y que bueno que festejemos el patronazgo, sin embargo es importante que resaltemos  que cualquier veneración  quedaría incompleta si el santo no nos lleva a llegar a Jesús, como lucho San Juan Bautista para cumplir la voluntad de Dios, para ser como Jesús.

Lo que hemos escuchado en este texto del Evangelio, este milagro de Dios de traer a este mundo a San Juan Bautista, desde pequeño provoco alegría,  en toda la región, siempre la presencia del profeta como enviado de Dios, provocar eso, provocara exageración de gozo, como él mismo cuando estaba en el seno de su madre Santa Isabel,  la presencia de Jesús es decir  el profeta  va en el nombre de Dios y provoca alegría y nosotros  tenemos un gran compromiso desde nuestro bautismo de ser profetas, ¿Qué tanto somos como bautizados, como creyentes como hijos de Dios,  generadores de alegría en nuestra familia, en nuestra comunidad, entre aquello con los que  día a día convivimos y donde se tiene que notar  la fe que nosotros profesamos?.

Juan el Bautista, creo, que su misión  desde pequeño provoco alegría, la alergia que provoco también a los discípulos cuando  señalo al cordero de Dios,  he allí el Salvador, ¿cuantos corazones latiendo por el gozo de conocer a el Salvador?,  hoy nosotros tenemos esa oportunidad de contemplar a Jesús en la Eucaristía, cuando el sacerdote  en cada misa levanta el Cuerpo de Cristo y dice: “Este es el cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”, y esto  lo creemos  y esto provoca también que fortalezcamos nuestra fe, para creer en nuestros hermanos, es decir que cada día que se levanta esta presencia real de Jesús algo suceda en nuestra vida.

Seguramente en aquellos seguidores, de Juan el Bautista mucho provoco el haber descubierto a Jesús, hoy sin duda Juan el Bautista sigue señalándonos a ese  ese   Cordero de Dios, y que tenemos que  ir a su  encuentro con quien quita nuestro pecado, con quien tiene misericordia de nosotros, con aquel que puede sanarnos, con aquel que puede transformar nuestra vida y entonces Juan el Bautista fue el creador de la conversión y que sigue siendo actual hoy en día.

Qué bueno que desde la veneración a San Juan Bautista, nosotros  recordemos las palabras proféticas de este santo, conviértanse, crean en el Evangelio, pero también quisiera recordar dos elementos más, que nosotros  podemos entresacar de su misión,  esa misión en esa  coyuntura de la historia de la salvación,  como nos narra la segunda lectura de San Pablo. Creo que en San Juan Bautista, encontramos en él,  algunas paradojas  San Juan Bautista es el hombre que está en el desierto pero desde el  desierto,  él puede instituirse  porque es capaz también de  generar ese movimiento, porque  es un hombre de Dios, ser un hombre de Dios no es exclusivo de unos cuantos, de los  sacerdotes, o de quienes consagrados al Señor, tenemos día con día una disciplina de orar continuamente, dependiendo de la oración sacerdotal, sino que también es una necesidad y una posibilidad de todos los bautizados, y esto solo solamente se descubre de rodillas ante Dios.

Creo que es una bonita enseñanza de San Juan el Bautista, que debemos colaborar en nuestra iglesia, que seamos  hombres y mujeres  valientes,  que no le saquen la vuelta a esos momentos  de tal manera que al llegar a nuestro hogar y encender aquella T.V.  o algún otro medio de comunicación, que provocan tanto ruido, sí que informa, pero que distraen de la realidad en la que vivimos, pero también de la misión que tenemos como hombres de fe y como seguidores de Jesús.

San Juan Bautista, el hombre del silencio, el hombre de fe, que vivió en el  desierto, que tuvo la oportunidad de contactar este dialogo con su padre Dios para realizar una misión, desde allí  también tuvo la sensibilidad para descubrir a su paso a Jesús. ¿Hermanos porque a veces se nos olvida Dios?, porque no estamos familiarizados con él, porque no estamos familiarizados con su palabra,  ¿Por qué a veces sentimos que la vida no tiene sentido? –porque él único que da sentido  a nuestra vida es el señor desde la fe.

En segundo lugar quisiera resaltar,  este elemento tan maravilloso es la voz, en el desierto, no es  aquel que viene  a preparar el camino de la presencia del salvador,  y sin embargo él tiene la autoridad moral a los vicios del reino si posteriormente pero tiene la audacia de aquel que confía en Dios, el que funda su  confianza en Dios, hoy creo que necesitamos muchos de esa frase,    que solamente la palabra de Dios  al Ser meditada a ser leída  así en nuestra vida de todos los días puede ayudarnos  a ser esa palabra que el mundo necesita, esa voz que  necesita como cristianos católicos comprometidos para  hablar sin pena y sin vergüenza de Dios.

Al mirar este modelo de San Juan Bautista, que esta comunidad se filial hacia Dios que tengamos la sensibilidad  para descubrir la presencia de Cristo y señalar allí esta Dios, y descubrirlo en nuestros hermanos más pobres y enfermos, y descubrirlo en la realidad no fácil,  en la cual nosotros vivimos y descubrirlo en  momentos críticos de nuestra vida, Querétaro, necesita de profetas, necesita que seamos sensibles, en medio de las situaciones no fáciles que se viven  en nuestro estado que se viven en nuestra Diócesis y que solamente las podemos descubrir cuando nos acercamos al dolor de nuestro pueblo,  al dolor de los más vulnerables, allí creo se necesita  la Palabra de los Juanes Bautistas de hoy.

Hermanos que el gozo  lo sigamos nosotros provocando en esta fiesta, pero también con el compromiso  que tenemos de mirar a Juan el Bautista, como modelo de nuestra vida cristiana, y  lo hagamos como parte de  nuestra responsabilidad como creyentes y como seguidores de Jesús. Que animados por todas las tareas que se hacen en una parroquia como esta, cada uno de nosotros asúmanos  nuestro compromiso.

Recordando que en nuestro Plan Diocesano de Pastoral, nos comprometimos como iglesia diocesana a hacer una iglesia en salida y una iglesia de puertas abiertas, solamente no camina en este sendero quien no  quiere hacerlo, por eso cada vez  más será necesaria la formación en nuestras comunidades parroquiales, cada vez más estas fiestas tendrán que tener  una orientación que tenga  una inclinación a la misión.

 El Día de ayer, estuve en una fiesta,  y la mejor manera para preparar una  fiesta como esta, fue realizar de manera  intensiva la formación permanente, de tal manera que llegasen  a esa celebración, poniendo los frutos de la misión en el altar, que cada día nuestra iniciativa y nuestro deseo de colaborar se fortalezca y que cada uno de nosotros asumamos  como lo asumió San Juan Bautista,  en su momento en esta coyuntura en la cual vivimos nuestro compromiso como bautizados,  la Santísima Virgen María  bendiga nuestros propósitos y bendiga esta comunidad de San Juan del Rio. Que así sea.”

Al término de la celebración el Sr. Obispo,  dio la bendición a la asamblea reunida, y ellos a su vez le brindaron un fuerte aplauso como muestra de cariño y agradecimiento por su presencia en esta comunidad parroquial.