FIESTA PATRONAL, PARR. LOS SIETE DOLORES DE MARÍA SANTÍSIMA, el capulín, Gto.

El Capulín,  Gto., 16 de septiembre de 2017.

Con gran gozo el día 16 de septiembre de 2017,  se celebró la Sagrada Eucarística en honor a la Virgen de los Dolores, patrona del comunidad del Capulín, perteneciente al Decanato de Nuestra Señora de los Remedios, de la Sierra de Guanajuato, en la Parroquia Los Siete Dolores de María Santísima, ubicada en  la calle Ignacio Zaragoza  #2,  El Capulín, Gto.,  La Santa Misa fue presidida por Mons. Faustino Armendáriz Jiménez, Obispo de la Diócesis de Querétaro, en la que un nutrido grupo de niños y jóvenes recibieron el Sacramento de la Confirmación,  una vez que se prepararon debidamente como lo dijo  el Párroco Pbro.  José Enrique Ugalde Rodríguez y quien presento a los mismos para recibir este gran regalo del Espíritu Santo. Al iniciar   Mons. Faustino les compartió:

“Nos alegramos  con esta comunidad, por la celebración la Santísima Virgen María,  Nuestra Señora de los Dolores,  que hoy también se celebra el séptimo año de su coronación,  unamos nuestras oraciones y pidamos su intercesión, sabiendo por experiencia de esta comunidad del Capulín,  que con confianza  podemos   llevar nuestras súplicas y nuestra gratitud a Dios,  por medio de nuestra madre, sabiendo que ella nos mira con ternura, con la certeza de que ella  oye cada una de nuestras plagarías, celebremos esta Santa Eucaristía, pidiendo especialmente por la familias, y los enfermos de esta comunidad”. En su homilía les comento:

“Le saludo a todos ustedes, queridos hermanos a los sacerdotes aquí presentes, a las consagradas,  a los catequistas y  las catequistas que con su generosidad  acompañan en estos niños y jóvenes en este proceso de formación, y hoy a quiénes se han preparado con la catequesis escolarizada  para el Sacramento de la Confirmación.

Saludo a toda esta comunidad parroquial, que hoy con gran veneración y alegría celebra a Nuestra Señora de los Dolores,  patrona de esta comunidad.  Hoy contemplamos a la Santísima Virgen María,  que se duele, en el evangelio se nos describe que María  estaba delante de la cruz de Jesús, tiene motivos para experimentar este profundo dolor, como sin duda no experimenta cualquier mamá ante un hijo que sufre.

Y ella está ahí, en el calvario sufriendo, por su hijo pero también sufriendo con su hijo, y entiende cuál es la intercesión de su dolor contemplando a su hijo Jesús en la cruz, qué está haciendo la voluntad de su padre Dios,  que está salvando a la humanidad y ella sabe que su hijo está ahí por amor,  no porque sea culpable,  no porque sean reales las acusaciones que los falsos acusadores  hicieron contra hijo, María está ahí porque quiere amar como su hijo, porque quiere perdonar como Jesús, perdono.

Por eso hoy la contemplamos y no podemos dejar de contemplar a su hijo cuando contemplamos a María,  contemplamos el inmenso amor de Dios,  y María esto sí, que lo entendía, sí que lo llevaba en su corazón,  porque sabía quién era su hijo, porque sabía la realidad de la misión de su hijo Jesucristo, por eso María está ahí presente, porque quiere ayudar, quiere colaborar en esa redención de la humanidad.

Hermanos contemplemos el corazón de María,  ¡que había en el corazón de María!, ella estaba consciente de la injusticia que le hacían a su hijo,  y allí están los ¿comos?, una humanidad a la cual ella contempla desde el calvario,  que somos culpables de la muerte de su hijo, de la muerte de la gracia en nosotros,  de la muerte de la gracia en otros a veces a causa de nuestros escándalos y de nuestro anti-testimonio que no edifica a nadie,  ella contempla a buenos y malos.

Y hoy María, está presente en esa actitud amorosa, mirándonos como a sus hijos perdonando desde ahí, porque cuando nosotros nos acercamos a María sin duda experimentamos la ternura de una madre que está dispuesta a escucharnos que está dispuesta a abrazarnos a pesar de todo el lastre, de todos los pecados,  que seamos capaz de cometer en nuestra vida, personal, en  nuestra vida familiar y en nuestra vida comunitaria.

Ahí está María contemplando, acogiendo,  comprendiendo  pero justificando, porque María siempre cuando nos veamos otros con incertidumbre,  con faltas de fe, con angustia, con desolaciones,  María nos va a decir háganle caso a mi hijo,  hagan lo que él les dice, María siempre nos vas  a conducir a escuchar la palabra de Dios,  a leer los evangelios,  a buscar la voluntad de Dios en nuestra vida que a veces la hacemos complicada  y no lo es tanto, porque a veces buscamos soluciones donde no podemos encontrar soluciones,  la solución está en la palabra de Dios, por eso quien busca soluciones en la brujería,  que busca soluciones escuchando el zodiaco, quien busca soluciones en   falsas promesas y sobre todo atenta contra la fe,  que nosotros decimos tener en Dios en Jesucristo.

Hermanos, María hoy quiere concentrar nuestro amor y abrazarnos, nosotros miramos en el corazón de María,  muchas injusticias que ella está dispuesta pues, no justificar sino a abrazar y redimir, el  día de hoy  para nosotros sea un día de consuelo, un día de gran consolación,   porque miramos a una mujer, a una madre virgen, a una madre del hijo de Dios,  que allí delante de la cruz de Jesús,  se regala a misma humanidad con su mismo hijo y le  dice Juan que nos representa a todos nosotros “he ahí a tu madre”.

Hermanos,  que cada vez se consolide más en esta comunidad, qué tiene esa centenaria manifestación de fe, se  consolide más,  el amor a María como madre y quién ama a su madre la venera, y quién ama a su madre la procura,  por eso qué bueno que continúen en los hogares y en la vida de comunidad, orando con el Santo Rosario por qué es la mejor manera en que nosotros podemos expresar con sinceridad nuestro amor María,  nuestro amor a Jesús.

La virgen de los Dolores es nuestra patrona Diocesana, la Virgen de los Dolores, es quien  nos ha acompañado y nos sigue y seguirá  acompañando a lo largo de nuestra historia de la Diócesis de Querétaro, la Virgen de los Dolores,  es a quienes ustedes  han tenido el privilegio de tenerla  también como Patrona es esta comunidad Parroquial, les exhorto a que la amen, y que  ese amor se los comuniquen a sus hijos, a sus jóvenes, que ese  amor se consolide cada vez más en las futuras generaciones para que, ustedes con orgullo delante de  Dios se puedan presentar ante Dios y poder decir “misión cumplida”.

La mejor  herencia que les pueden dejar a sus hijos es la fe, cuando San Junípero Serra se despide de su comunidad,  les dice con claridad: “he llagado sin nada,  y me voy sin nada,  pero les  dejo el más grande tesoro que les puedo dejar que es el fe”, que ustedes puedan decir  con su familia y con sus hijos eso les dejo como herencia el gran tesoro de la  fe.      

María,  siga intercediendo por esta comunidad parroquial, del Capulín, que seguramente ha intercedido para  impulsar en el corazón de los  jóvenes de esta comunidad, el llamado a la vida sacerdotal y eso lo testifican los más de 20 sacerdotes que han surgido como de esta comunidad,  como fruto de su intercesión, pero  también como fruto del testimonio,  que ustedes han dado a lo largo de sus historias, a lo largo del caminar de sus familias y ojalá que esas vocaciones siguán surgiendo, porque  tienen a  alguien que les apoya, María,  pidan por las vocaciones, pidan por sus sacerdotes,  que han salido de esta comunidad, pidan por todos aquellos consagrados y consagradas que quieren escuchar la voz de Dios, y que están al servicio de su  iglesia.

Hermanos, felicidades por esta fiesta patronal, pero sobre todo que se resalte por lo mismo del amor a María,  haciendo la voluntad de su hijo Jesucristo,  y la voluntad de Jesús  en toda comunidad es que lo que nosotros creemos lo  compartamos con los demás, por eso no dudo que en esta parroquia del Capulín se siguen impulsando la misión permanente,  se siguen impulsando la catequesis misionera, se  siguen impulsando las diferentes pastorales,  de tal manera que todas vayan orientadas a que todos los miembros de esta comunidad parroquial vivan intensamente  el encuentro con Jesucristo.

La única manera de transformar una comunidad es, teniendo a  Cristo en el corazón, la única manera de fortalecer la fe de una comunidad es, en  cada comunidad haya un ejército de hombres y mujeres orando y orando por  las intenciones de esta  iglesia  parroquial, y de  nuestra iglesia Diocesana.

Hoy  pedimos especialmente por  estos niños y jóvenes que se han preparado,  para este momento en la cual invocaremos la presencia del Espíritu Santo, en la Confirmación y a quienes les acompañan sus padrinos y madrinas sean testigos de su fe para ellos, junto con sus papás,  para que estos niños y niñas crezcan amando a Dios y a amando a la Santísima Virgen María. Que así sea”.

Enseguida se procedió a la coronación de la Virgen María en su advocación de los Dolores,  mientras se entonaba el canto de coronación.

Y después el Párroco,  agradeció a Mons. Faustino su visita diciendo: “Agradecemos a Dios,  por la presencia de nuestro Señor Obispo en esta comunidad,  dedicada a la Santísima  Virgen de los Dolores, gracias también a los sacerdotes, a las religiosas y a todo un pueblo en general,  que siempre tiene esta gran fe y amor a nuestra madre, muchas gracias. Y los allí reunidos brindaron un aplauso.

Por su parte el Señor Obispo les dijo: “Felicidades por esta fiesta, felicidades por tantos sacerdotes que han dado a la iglesia, aquí está el padre Gonzalo,  el padre Francisco,  el padre Manuel y el Padre Alejandro, ellos son frutos de esta comunidad y el padre Israel también”. Y les dio  la bendición.