FIESTA PATRONAL. PARR. DE NUESTRA SEÑORA DE LA PAZ.

Satélite, Querétaro, Qro., 28 de Enero de 2018.

Con motivo de la fiesta patronal de la Parroquia de Nuestra Señora de la Paz,   ubicada en Calle Agua # 259, esq. Av. de la Piedra, Col. Satélite Querétaro, Qro.,  recibió la visita de Mons., Faustino Armendáriz Jiménez, Obispo de la Diócesis de Querétaro,  quien presidió la Sagrada Eucaristía, concelebraron esta Santa Misa el Párroco Pbro. Lic. Filiberto Cruz Reyes,  y algunos otros sacerdotes del clero Diocesano. Mons. Faustino inicio  diciendo:

 “Una oportunidad de renovar la fe en comunidad y hacerlo a lo largo de todo un novenario de la fiesta patronal,  hoy centramos nuestra mirada y contemplamos a nuestra madre del cielo que protege a esta comunidad por su intercesión pidamos la paz,  que tanto necesitamos en los hogares,  que tanto necesitamos en nuestro estado,  en nuestra Diócesis,  en México, ese es el más grande don sin duda,  que por intercesión de Nuestra Señora Reina de la Paz,  pedimos en esta celebración iniciamos nuestra celebración pidiendo paz para nuestros corazones reconociendo que necesitamos tenerlos limpios”. En su Homilía  el Sr. Obispo les compartió

“Siempre la meta fue estar a los pies de la Santísima Virgen María, que siga siendo ella nuestra meta,  la virgen siempre nos ayudará a encontrarnos con Jesús,  cuando queremos encontrarnos con María tengamos la seguridad de que nos vamos a encontrar con Jesús,  por eso en un ambiente festivo como tiene que ser el cristiano católico,  como lo tiene que ser el discípulo de Jesús, con alegría propia del que experimenta la presencia del Señor en sus días, en su vida personal y en su vida de comunidad.

La palabra de Dios,  hoy  nos invita a escuchar a Jesús,  a ese Jesús que ha venido a liberarnos del mal,  se nos narra en el Evangelio,  que el Señor se hace presente como quien tiene autoridad en medio de una asamblea cómo esta,  está ahí en esa asamblea  los fieles van a escuchar la Palabra de Dios, iban  también a compartir como hermanos.

Sin embargo en la asamblea cada quien trae sus situaciones personales,  cada quien vive sus circunstancias muy especiales,  seguramente en sus corazones y en sus mentes hay situaciones de familia,  por la cual le vienen a dar gracias a Dios,  pero también hay circunstancias difíciles o críticas que amerita acercarse a la intercesión de la Santísima Virgen María y decirle a Dios,  Señor ayúdame porque sólo no puedo.

Y sin duda en muchas de esas circunstancias una de las causas o la causa fundamental,  es que le hemos abierto las puertas no a Dios sino a el mal,  creo que en aquella situación de la sinagoga se hace presente alguien que en su corazón tenía una situación que no le ayudaba a estar en comunión con Dios,  por eso cuando el maligno que está en aquel hombre experimenta o siente la presencia de Jesús,  empieza a gritar  y a señalar a Jesús,  a expresar su inconformidad porque  ha venido acabarlo,  sin embargo con autoridad Jesús se dirige a quien habita en el corazón de aquella persona,  de aquel ser humano y le dice cállate y sal de él,  sin duda el maligno aprovechará estas situaciones para quienes en nuestra vida e incluso en la vida de alguna familia no esta Jesús.

Hoy miramos como Jesús,  tiene la autoridad para poder derrotar el mal,  de la vida y de los corazones,  como el Señor tiene la fuerza,  porque es Dios,  de eliminar a el mal  y eso tenemos que tenerlo en la mente y en el corazón,  en la conciencia de que es más poderoso Dios que todas aquellas fuerzas malignas que quieran esclavizar a el mundo,  a la sociedad,  al hombre a la familia,  tenemos que creer y tener la plena convicción de que es posible un cambio y una transformación con Dios, nunca sin Dios.

Tenemos que creer que el Señor siempre nos hablará con autoridad,  porque habla con autoridad,  ¿es  aquel que habla con autoridad,  aquel que grita más fuerte?-no se refiere a eso,  Jesús habla con autoridad,  porque es capaz  y tenemos la garantía de que muchos seguirán a Dios,  con su predicación cuando existe lo contrario siempre estarán los señalamientos,  como este caso la gente ocupa a los maestros por el mismo Jesús o como el mismo Jesús,  que en muchos momentos les dijo hipócritas,  porque decían una cosa y hacen otra.

Hermanos  que esta Palabra de Dios,  nos ayude a tener la certidumbre y la seguridad de que Dios quiere seguir actuando en nuestra vida,  es a través de los Profetas que vienen en su nombre a hablar con autoridad,  es decir con coherencia de vida de otra manera este profeta es un profeta de desventura que no es digno,  creemos  en  Jesús,  que desde la fe  está presente en el rostro,  en la conducta,  en la voz de quién quiere conducir en  su nombre  en nuestras vidas, en nuestro corazón. Jesús lo quiere hacer,  por eso les invitó que creamos en él,  que creamos que él puede erradicar ese mal que en este momento tú vives,  en tu hogar, que tú vives y lo experimentas en tu corazón.

Que el Señor  nos ayude a recorrer caminos de paz, que esta comunidad que tiene como su patrona a la Santísima Virgen María a Nuestra Señora Reina de la Paz,  en el Evangelio María parece como aquella que confía totalmente en Dios,  como aquella que escuchó la Palabra de Dios y la puso en práctica y por eso podía hacerlo como una verdadera discípula,  que ella nos enseña a ser discípulos de Jesús.

Muchos sin duda,  con muchos desafíos en este año que hemos iniciado,  tiene esta comunidad en este decanato donde pronto nos veremos en la Asamblea Decanal de Pastoral,  para compartir y para presentar nuestros proyectos,  que lo hacemos para que siempre podamos seguir la voz de Dios,  escuchemos,  luchemos por una coherencia con aquello que se dice y con aquello que se hace,  tantos ataques que sufre la familia en sus adolescentes y en la misma práctica en todas las familias,  pidamos por todas aquellas familias que están en situaciones  difíciles,  donde la mamá tiene que hacerla de papá, donde hay situaciones difíciles.

Que el Señor y la Santísima Virgen María,  les bendiga y les ayude y que las comunidades parroquiales de esta parroquia ayude a  tener una Pastoral Familiar cada vez  más misionera,  donde se busca a esas familias que tanto  necesitan  de la bendición de Dios,  María nos ayude,  nos proteja y  María nos llene de su paz.  Que así sea.”

Al terminar Mons. Faustino les dio la bendición, y los allí reunidos le brindaron un fuerte aplauso, como muestra de cariño y agradecimiento por su visita.