Homilía en la Misa Exequial del Pbro. Guillermo Muñiz Vargas

 

Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, Santiago de Querétaro, 5 de septiembre  de 2015

Año de la Pastoral de la Comunicación – Año de la Vida Consagrada

 

Queridos hermanos sacerdotes,

hermanos y hermanas de la vida consagrada,

queridos amigos y familiares del Padre Guillermo,

hermanos y hermanas todos en el Señor:

 

1. Nos hemos reunido en torno al altar del Señor para acompañar con la celebración del sacrificio eucarístico, en el que se actualiza el Misterio pascual, el último viaje del Pbro. Guillermo Muñiz Vargas, párroco de esta comunidad, a quien el Señor ha llamado a su presencia, después de algún tiempo de enfermedad. Consientes que esto es lo que mejor podemos hacer como Iglesia. Unidos en la fe y en la esperanza de la resurrección del Señor.

2. En estos momentos de dolor y tristeza la palabra de Dios nos anima y nos consuela, pues si anhelamos vivir para siempre con Cristo, es preciso y necesario que antes cada uno suframos el drama de la muerte. El evangelista san Juan anuncia así la glorificación de Cristo a través del misterio de su muerte en cruz. “Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, da mucho fruto” (Jn 12, 24). Estas palabras, que quizá muchas veces el Padre Memo, leyó y explicó, hoy cobran una elocuencia aún más profunda e intensa, vistas desde la alegría y la esperanza en la resurrección; aunque es verdad que en ellas se percibe cierta tristeza por la inminente separación de Jesús con sus discípulos, también es verdad que Jesús indica el secreto para derrotar el poder de la muerte.

3. La muerte no tiene la última palabra; no es el fin de todo, sino que, redimida por el sacrificio de la cruz, puede ser ya el paso a la alegría de la vida sin fin. Dice Jesús: «El  que ama su vida, la pierde; y el que odia su vida en este mundo, la  guardará  para la vida eterna» (Jn 12, 25). Así pues, si aceptamos morir a nuestro egoísmo, si no nos cerramos en nosotros mismos y hacemos de nuestra vida un don a Dios y a los hermanos, también nosotros podremos conocer la rica fecundidad del amor. Y el amor no muere.

4. He aquí el renovado mensaje de esperanza que nos comunica hoy la palabra de Dios, mientras damos la última despedida a nuestro amado hermano el Pbro. Gulliermo Muñiz, tras su muerte, acaecida después de una fuerte crisis de salud, ha suscitado en todos nosotros una profunda emoción. Y nos conmueve a pensar efectivamente nuestra vida y nuestra salud están en sus manos desde nuestro nacimiento hasta el momento en que cada uno debe presentarse ante el trono de la gracia para alcanzar misericordia

5. El Padre Guillermo,  nació el día 12 de agosto de 1956 en la Ciudad de Querétaro, recibió el Sagrado Orden del Presbiterado el día 21 de mayo de 1983 en la Parroquia del Sagrario de Catedral, Querétaro, de manos del Excmo. Sr. Obispo Don Alfonso Toriz Cobián. Después de algunos tiempo es enviado a la ciudad de Roma para continuar estudiando, obteniendo el título de licenciatura en de Misionología. Desde entonces y hasta la fecha desempeñó con alegría y generosidad  varios ministerios:

  • Fue Vicario Parroquial de la Parroquia de la Purísima Concepción, Hércules, a partir del 6 de septiembre de 1985.
  • Estuvo Encargado del Secretariado Diocesano de Misiones a partir del 10 de enero de 1986.
  • Fungió como Prefecto de Estudios del Seminario Conciliar de Ntra. Sra. de Guadalupe, Querétaro, a partir del 8 de septiembre de 1987.
  • Fue Capellán en varias ocasiones de las Misioneras.
  • Se desempeñó como Prefecto de Estudios del Seminario Conciliar de Ntra. Sra. de Guadalupe, Querétaro, a partir del 25 de septiembre de 1987.
  • Estuvo de Administrador Parroquial de la Parroquia de la Purísima Concepción, Hércules, a partir del 25 de mayo de 1988.
  • Fue Párroco de la Parroquia de la Purísima  Concepción, Hércules, Qro., a partir del 20 de julio de 1988.
  • Fue nombrado Miembro del Consejo Presbiteral a partir del  12 de diciembre de 1989.
  • Fue nombrado Asesor Diocesano del Movimiento Familiar Cristiano a partir del 19 de julio de 1991.
  • Estuvo como Encargado Diocesano de la Pastoral Familiar a partir del 20 de noviembre de 1992.
  • Fue Decano del Decanato de San Pedro Apóstol (La Cañada) a partir del 20 de noviembre de 1992.
  • Fue Párroco de la Parroquia de Santiago Querétaro, Qro., a partir del 11 de enero de 1996.
  • Se desempeñó como Decano del Decanato de Santiago Apóstol a partir del 22 de enero de 1999.
  • Fue Párroco de la Parroquia de San Juan Bautista, San Juan del Río, Qro., a partir del 30 de junio de 2000. Al  mismo tiempo que estuvo Encargado del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en San Juan del Río, Qro., a partir del 1° de enero de 2006.
  • Actualmente, como todos sabemos, era Párroco de esta  Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, desde el 18 de agosto de 2013.
  • Actualmente fungía como  Asesor Eclesial de la Confederación Internacional de los Movimientos Familiares Cristianos a partir del 10 de agosto de 2013.
  • Desde agosto de 2014 era Decano del Decanato de Santa Ana.

6. Todos estos ministerios y servicios apostólicos no son sino el testimonio de una vida donada en plenitud,  que nos ayuda para entender que  Si queremos llevar a cabo la misión que Jesús nos encomienda, no debemos ser ni perezosos ni cobardes. En la segunda lectura hemos escuchado cómo el apóstol san Pablo, preso en Roma, exhorta a su fiel discípulo Timoteo a tener valentía y perseverar en el testimonio de Cristo, incluso a costa de sufrir duras persecuciones, siempre con la certeza de que “si morimos con él, también viviremos con él; si nos mantenemos firmes, también reinaremos con él” (2 Tm 2, 11-12).

7. La vida y el ejemplo del Padre Guillermo, nos deben estimular a gastar todas nuestras energías físicas y espirituales por el Evangelio; nos ha de impulsar a trabajar en defensa de la vida humana; nos debe ayudar a tener la mirada fija en la meta de nuestra peregrinación terrena. Y cuál es esa meta consoladora nos lo indica san Juan en el Apocalipsis, ofreciéndonos la visión de un «cielo nuevo» y de «una tierra nueva (cf. Ap 21, 1), y dibujando ante nuestra mirada las líneas proféticas de la ciudad santa», la «nueva Jerusalén… engalanada como una novia ataviada para su esposo (Ap 21, 2).

8. Queridos hermanos y hermanas, apreciados amigos y familiares, no apartemos nunca los ojos de esta visión: miremos hacia la eternidad, gustando anticipadamente, aun entre dificultades y tribulaciones, la alegría de la futura «morada de Dios con los hombres», donde nuestro Redentor enjugará todas nuestras lágrimas y donde “no habrá ya muerte, ni llanto, ni gritos ni fatigas, porque el mundo viejo ha pasado” (Ap 21, 4).

9. Pensamos que nuestro hermano el Padre Guillermo, por el que aún queremos orar, ya ha llegado a esta morada de luz y de alegría. Que lo acoja la Santísima Virgen María  y lo acompañen los ángeles y los santos en el paraíso. Que su alma sedienta de Dios entre finalmente y descanse en paz para siempre en el «santuario» del Amor infinito. Amén.

 

 

† Faustino Armendáriz Jiménez

Obispo de Querétaro