FIESTA PATRONAL Y 68 ANIVERSARIO DE CORONACIÓN DE LA VIRGEN DE GUADALUPE, COM. SALDARRIAGA.

 

Saldarriaga, el Marqués,  Qro.  18 de Diciembre 2016.

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El día 18 de Diciembre de 2016,  la Comunidad de Saldarriaga, ubicada en el Municipio de El Marqués,  perteneciente a la Parroquia San Pedro, La Cañada;  recibió la visita del Sr. Obispo, Mons. Faustino Armendáriz Jiménez, quien fue recibido por el Sr. Cura, Pbro. Sergio Martínez Duarte y por el Pbro. Gustavo Lacón Suarez,  anterior Vicario Parroquial,  Mons. Faustino, presidió la Sagrada  Eucaristía, con motivo de la Fiesta Patronal, en honor a la Virgen de Guadalupe, en el  68 aniversario de su coronación en dicha comunidad,  al inicio de la celebración, Mons. Faustino, expresó:

Hermanos es  un gusto poder compartir la fe en esta Eucaristía que  celebramos en esta comunidad de Saldarriaga, en que celebramos  a Nuestra Señora de Guadalupe, patrona de esta comunidad, especialmente  en este  aniversario 68 de su coronación, honrándola como hijos suyos, y esta honra y esta  alabanza se refleja en la corona que está en su sienes, unámonos en oración para pedir por las  necesidades de esta comunidad, por la familias, por los enfermos y por toda aquella  necesidad que en este momento en nuestra vida personal tengamos”. Iniciemos nuestra celebración. Reconociendo nuestros pecados y pidámosle perdón…

En su Homilía, el Sr. Obispo, exhortó a la comunidad  diciendo: “Muy queridos hermanos estando ya a una  semana de la fiesta de la navidad, en la cual con gran esperanza se realizara el momento en que Dios se hace  hombre, él se hace Dios con nosotros para salvarnos.

 Y el motivo de nuestra alegría es muy justificable, Dios se queda entre nosotros  pero también hoy al celebrar a la Santísima Virgen María de Guadalupe, le damos gracias a Dios  porque nos alegra la Santísima Virgen con su presencia, porque en su vientre, en este ayate milagroso, en esta imagen  que contemplamos esta María esperando a su hijo.

Y así es como quiso presentarse ante nosotros hace ya casi 500 años, que  apareció en nuestro país y es motivo de alegría y por eso la celebramos en esta grande fiesta  de nuestra Señora de Guadalupe, donde sea  volcado la piedad  y la veneración a lo largo y ancho de  nuestro país, acudiendo a todos los templos y Santuarios esos ríos, esas multitudes  de fieles que con fe llegaron  para ponerse   a sus pies,  para poner en sus manos su vida, sus preocupaciones y  proyectos, sus necesidades.

Quién de nosotros en este momento no tiene alguna necesidad que pedirle a Dios; pero también no se nos olvide  que en nuestro corazón debemos darle cabida a la gratitud, darle gracias a Dios por tantas bendiciones;  que sin duda  en nuestras familias, en nuestro corazón, ha derramado y ha hecho a la largo  485 años, y lo ha hecho a lo largo de toda la historia de nuestro país, en medio de las convulsiones, de las crisis, de las dificultades, allí se ha escuchado ese grito “Viva la Virgen de Guadalupe”  “Viva Cristo Rey”. Enarbolando esta bandera incluso muchos murieron por la  libertad religiosa de nuestra Patria.

Hoy le damos gracias por todos estos motivos, pero también por los motivos personales que cada quien tenga. La Palabra de Dios refleja ya está cercanía de la navidad, en el Evangelio que hemos escuchado ya se nos muestra con claridad al hijo de Dios que va  a nacer.

En la primera lectura vemos como en la mente de Dios ya estaba la presencia del Emmanuel, es decir la presencia de Jesús, son como VII siglos antes de Cristo en que se escribió esta lectura, sin embargo el proyecto de Dios es hablar del proyecto de la salvación, y este gozo que hasta los ángeles lo celebran,  es lo que vamos nosotros a celebrar.

Sin embargo  Dios nos prepara, como preparo a San José, pues tenía sus incertidumbres,   hay veces que nuestros proyectos no son los proyectos de Dios, y nos enojamos y tenemos dudas, y lo mejor es orar y decirle a Dios, dame la  luz para entender esto que estoy viviendo aunque sea la peor enfermedad, aunque sea  la peor situación.

Sin embargo ante estas situaciones  que a veces vivimos Dios nos pone los medios para vivir en salud total  y a veces tomamos otras decisiones, lamentamos que en nuestro estado de Querétaro haya crecido entre otras cosas el número de suicidios.

Dios no quiere eso, Dios nos quiere libres, libres de ataduras de pecado;  pero cuando  tenemos tantos lastres  en nuestra vida y no los dejamos delante de Dios a veces se toman decisiones opuestas  a Dios. Por eso la mejor manera de prevenir es  dentro  de una familia, es agarrándose de Dios; que diferente ver a una familia que ha conocido a Dios, y dicen desde que conocimos a Dios todo es diferente, tenemos problemas y dificultades si, sin embargo sabemos cómo conducirnos.

Por eso los invito, hermanos de esta comunidad de Saldarriaga, a que nos agarremos  de Dios, a través de la oración, a través del  dialogo con él y así los papás tienen un desafío fundamental y una gran responsabilidad, si los papás esta llenos de Dios los  hijos crecerán dentro del orden; si los papás están alejados de Dios, si se dejan llevar  por el camino de la indiferencia de Dios, lo van a hacer  los hijos y no pueden lamentarse y quejarse de situaciones que se dan dentro de  la familia, porque quienes tienen la responsabilidad y Dios se las ha dado porque Dios es el que da paternidad y  maternidad, cuando Dios ha dado todo eso, nosotros tenemos que corresponderle.

Hoy tenemos la oportunidad de tener alguien muy cercana, que vivió  experiencias de familia, que se le perdió su hijo, que lo amenazaron de muerte, que lo sufrió en el camino a la cruz, que  vio morir a su hijo injustamente, ella es María que supo decir “Hágase como tu quieras”, no como yo quiera, “Hágase en mi según tu palabra”, a ella como a José Dios les cambia sus proyectos.

Hermanos Dios nos quiere felices, Dios quiere que nosotros vivamos desde hoy ya  libres de toda atadura de todo pecado, pidamos unos por otros para que realmente  amenos la vida, corta o larga según Dios nos la de, siempre descubrir  aquel que piense en quitársela y nunca pensar  ni como mal pensamiento en tomar una decisión de esa naturaleza.

Dios nos quiere mucho, a pesar de que a veces  sintamos que otros no nos quieren, Dios nos ama y a través de los demás también nos ama, por eso nuestra vida tiene sentido,  que este sentido se lo demos como  se lo dio José diciendo todos ¡Sí!, “hágase  tu voluntad”, eso es lo que nos enseña María hoy, eso es lo que nos enseña la Palabra que  hemos escuchado.

Que es Señor bendiga a todas las familias de esta comunidad para aprender  a ser en todo y siempre la voluntad de Dios, y como un signo de amor y veneración a la Virgen, hoy en este 68 aniversario de la coronación de la Virgen María, en nombre de toda la comunidad se pondrá en su cabeza esta corona, como signo del amor de ustedes y que todos le tenemos a la Virgen María”. Que así sea.

Al término de la homilía, Mons.  Faustino, coronó  la imagen de la Santísima Virgen,  como signo del cariño que se le tiene; la comunidad estallo en un gran aplauso, cantó la Inmaculada, se quemaron muchos cohetes y  por su parte la banda de viento  entono una diana.

Se entregó un ramillete espiritual a la Santísima Virgen María de Guadalupe  por todas sus bendiciones y su cuidado maternal en la comunidad, compuesto por: 400 horas Santas, 200 rosarios en familia, 150 rosarios comunitarios, 25 visitas al Santísimo, 182 Aves Marías, 20 obras de Misericordia, 145 Eucaristías, 190 Padres Nuestros, y  la celebración de 15 Matrimonios.

El Sr. Obispo bendijo el Sagrario, y agradeció la generosidad en el diezmo Diocesano, y felicito a la comunidad por las mejoras en el templo, la campana y  el Sagrario para la Reserva del Santísimo.

El Pbro. Sergio, agradeció la presencia del Sr. Obispo en la comunidad, a pesar –dijo- de tener una  agenda tan apretada.

El Sr. Obispo, agradeció al Padre Sergio y al Padre Gustavo por sus servicios en esa comunidad.  Impartió la bendición e hizo el traslado del Santísimo a la Capilla,  acompañado de  un gran número de fieles, una vez depositada la Reserva Eucarística en el Sagrario; rezó una Estación al Santísimo Sacramento y encomendó a la comunidad bajo  la  protección y cuidados de la Madre del verdadero Dios por quien se vive.