El Misterio Pascual en la historia de la salvación

1. La centralidad y profundidad del MISTERIO PASCUAL, como Misterio Cristológico y Trinitario, se fue presentando, poco a poco, en la Iglesia Primera con aquella breve expresión de fe: ‘JESÚS ES EL SEÑOR’ (Rom. 10, 9), y con la primera fórmula del Bautismo: ‘EN NOMBRE DEL SEÑOR JESÚS’ (Hech. 8, 16).

Para los primeros cristianos esto quedó muy claro, porque la expresión ‘SEÑOR JESÚS’, les sintetizaba todo el proceso pascual, en el que el Padre, a Jesús Muerto y Sepultado, lo Resucitó haciéndolo SEÑOR, por la fuerza del Espíritu Santo. Para nosotros esto también debe ser claro, pues en la frase ‘JESÚS ES EL SEÑOR’ resumimos íntegramente el Misterio Trinitario de su Pascua.

2. Además, tengamos en cuenta que en el MISTERIO PASCUAL de Cristo se integran todos los momentos de la vida de Jesús y que es, también, la cumbre y fuente de toda la Historia de la Salvación. Historia Salvífica que presentamos en CUATRO ETAPAS:

I. PREPARACIÓN
Esta etapa abarca el tiempo que llamamos en la Sagrada Escritura: A.T. – En el Antiguo Testamento Dios preparó en figuras, por ejemplo en el Éxodo, la obra cumbre de nuestra salvación: la Pascua de Cristo.

II. REALIZACIÓN Y CUMPLIMIENTO
Esta etapa abarca el tiempo que en la Sagrada Escritura llamamos: N.T. – En el Nuevo Testamento Cristo, el Verbo de Dios hecho Hombre, consumó está obra en toda su vida y, en particular en: su Pasión, Muerte, Sepultura, Resurrección y Ascensión al cielo.

III. CONTINUACIÓN Y ACTUALIZACIÓN
Esta etapa comprende el tiempo perteneciente a la Iglesia.
LA IGLESIA continúa y actualiza el Misterio Pascual de Cristo. Desde la Muerte-Resurrección-Ascensión de Cristo hasta el final de los tiempos, el Misterio Pascual está presente y actuante en la vida y, en particular, en la Liturgia y los Sacramentos de la Iglesia.

IV. PLENITUD
Esta etapa señala el regreso definitivo a Dios: EL CIELO.
El mismo Cristo, al final de los tiempos, llevará a la plenitud de la gloria celestial a su Cuerpo Místico ‘a fin de que Dios sea todo en todos’ (I Cor. 15, 28).

3. La Liturgia de la Iglesia, de acuerdo al esquema anterior, se ubica en el tiempo que va desde la PASCUA, ardientemente deseada y vivida por Cristo Jesús al final de su paso entre nosotros, hasta la CONSUMACIÓN definitiva en el Reino sin fin.

4. Tengamos siempre presente con nuestras convicciones y actitudes que LA LITURGIA es para CELEBRARSE y VIVIRSE; y que esto nos implica la integración de los tres momentos de la Pastoral: la preparación – la celebración – el testimonio.

 

Pbro. José Guadalupe Martínez Osornio
Publicado en el periódico «Diócesis de Querétaro» del 7 de septiembre de 2014