DESDE LA CEM: LA CONVERSIÓN FORTALECE NUESTRA VIDA

de Rogelio Cabrera López
Arzobispo de Monterrey

MENSAJE A LA COMUNIDAD

 

“LA CONVERSIÓN FORTALECE NUESTRA VIDA”

 

Conforme a la antigua tradición de la Iglesia, iniciaremos, Dios mediante, el próximo miércoles 1 de marzo, con la imposición de la ceniza, el tiempo de la Cuaresma.

Este rito nos recuerda nuestra fragilidad humana, misma que debe ser fortalecida con la oración continua y la puesta en práctica de las obras de misericordia.

Iniciaremos nuestro caminar de 40 días, preparándonos a la Pascua de Resurrección, en los que tendremos la oportunidad de reflexionar de manera especial en la palabra de Dios, dejándonos sorprender por la acción de el Espíritu Santo en nuestra vida.

En todas las comunidades parroquiales se ofrecerán actividades de reflexión y profundización para niños, jóvenes y adultos, por lo que invito a todos los fieles para que no solo se acerquen a recibir la ceniza, sino que continuemos juntos nuestro camino, con verdadera disposición para vivir una auténtica conversión en nuestra vida.

Asimismo, y como lo hemos realizado en años anteriores, visitaremos, los sacerdotes y obispos, los Centros de Readaptación Social y el Consejo Tutelar de nuestro Estado, para acompañar a los hermanos ahí recluidos, y a quienes les custodian, invitándoles a vivir en la misericordia de Dios, para quien todos tenemos siempre una nueva oportunidad.

Agradezco a las autoridades correspondientes el que nos brinden todas las facilidades para realizar la pastoral penitenciaria, no solo en este día, sino a lo largo del año, en donde laicos, seminaristas y sacerdotes, acompañan espiritualmente a quienes buscan su readaptación en la sociedad.

Invito a todos a que nos unamos en oración, para que este tiempo de cuaresma no pase sin dejar en nosotros el compromiso de vivir una continua conversión.

No tengamos miedo de disponer nuestro corazón para realizar una buena confesión en este tiempo ya que, como dice el Papa Francisco en su mensaje de cuaresma 2017: “Jesús es el amigo fiel que nunca nos abandona, porque incluso cuando pecamos espera pacientemente que volvamos a él y, con esta espera, manifiesta su voluntad de perdonar”.

 

+ Rogelio Cabrera López

Arzobispo de Monterrey