DESDE LA CEM: Homilía fiesta de nuestra señora de Guadalupe en la catedral de San Patricio N.Y.

Nueva York, 12 de diciembre del 2017.

Dear Cardinal Timothy Dolan, Archbishop of New York. Thank you for your invitation.
Dear community of New York and brothers of the United Sates.
Dear brothers and Friends of diferents countries gathered here.
Queridos amigos y hermanos hispanos reunidos en esta casa de Dios.

Agradezco al Emmo. Card. Dolan, la invitación a un servidor, como representante de los obispos de la Conferencia Episcopal Mexicana, para estar con ustedes y celebrar como países hermanos, la fiesta de nuestra señora de Guadalupe, Patrona de América y de los no nacidos, en esta jornada nacional, en la que se busca reconocer los logros, las esperanzas, los miedos y las necesidades de las familias, que han llegado a los Estados Unidos, buscando una mejor vida, o la defensa de la misma.

Reconocemos el rol trascendental, que juega nuestra Señora de Guadalupe, como protectora de las familias, y como puente entre naciones hermanas, y como constructora de paz entre múltiples y diversas comunidades.

Importante también resaltar, es el hecho de que la imagen de nuestra señora de Guadalupe, está grabada sobre un tejido hecho con fibras de maguey. Es un tejido burdo. Y formado por dos partes unidas en el medio por una burda costura vertical, efectuada con un hilo de maguey.

Esta humilde planta de México, ha ofrecido a los pobladores de estas tierras, alimento, sustento y vestido, y ahora le ofrece a la Santísima Virgen, sus propios hilos para tejer el ayate, sobre el cual se posará su milagrosa imagen.

Estos hilos representan los diferentes pueblos, en su tiempo españoles y diferentes pueblos indígenas, que se entretejen para formar un tejido unico. Y así esta tela prodigiosa, nos habla y nos enseña cómo deben entretejerse las culturas, las naciones, las diversas comunidades, a semejanza del ayate, de la tilma de Juan Diego. Ese es el milagro guadalupano. Ella como Madre de Dios, desea unir a todos sus hijos, de los diferentes pueblos de la tierra, en un solo manto, y con él, cobijar a todos los hombres y mujeres, sin excepción.

México ha pasado recientemente, como ustedes en el sur de los E.U, los embates de los huracanes, que han inundado nuestras ciudades, pero también hemos recibido la visita de 3 grandes temblores en el mes de septiembre, que han destrozado numerosos pueblos. Sin embargo, bajo el auxilio de nuestra madre de Guadalupe, no nos hemos derrotado, ni nos hemos sentido solos, sino que nos hemos levantado con los brazos unidos, fuertes y bien dispuestos, para reconstruir nuestros pueblos, templos y ciudades. No ha faltado tampoco, la ayuda de muchos países, y especialmente de muchas diócesis de E.U., así como de su Conferencia Episcopal. Por lo que, hoy agradezco de corazón a este pueblo, y a esta Iglesia Católica en los Estados Unidos.

La violencia ha golpeado fuertemente a nuestros países, aquí en los Estados Unidos, en diferentes y recientes eventos trágicos; en México, azotado masivamente por grupos de narcotraficantes y criminales; y no se diga, los atentados y amenazas de guerra que recorren el mundo entero, por lo que desde aquí, desde esta casita de Dios, en la majestuosa catedral de S. Patrick, que alberga la bella imagen pacificadora y unificadora de la Virgen de Guadalupe, encomendamos a su manto protector, la custodia y defensa de los aún por nacer, de los migrantes e inmigrantes, de las familias y de todos los habitantes de esta amada tierra.

 

+Alfonso Miranda Guardiola